En la semana del amor no nos podíamos olvidar de preparar algún postre para ese día especial.
Es pensar en San Valentín y asociarlo con el rojo pasión del red velvet.... que por otro lado es mi sabor favorito para cualquier postre. En cupcakes no puedo resistirme!! y la tarta también quita el sentido!
Así que venga, este San Valentín sorprender a vuestras parejas con una tartita!!
Ingredientes:
(para 2 bizcochos de 15 cm)
- 3 huevos
- 375 gr. de azúcar
- 300 gr. de harina
- 1 cucharada de levadura
- 325 ml. de aceite de girasol
- 325 ml. de leche
- zumo de 1/2 limón
- 10 gr. de cacao en polvo
- 1 cucharadita de bicarbonato
- una pizca de sal
- una cucharada de vinagre blanco
- aroma de vainilla
- colorante rojo
Para la crema de queso a la vainilla:
- 125 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 350 gr. de azúcar glass
- 400 gr. de queso crema
- aroma de vainilla
Preparación:
Exprimimos medio limón y añadimos el zumo a la leche, dejando reposar 10 minutitos para que se corte y hacer así el buttermilk casero.
Mezclar en un bol los la harina, la levadura, el bicarbonato, una pizca de sal y el cacao en polvo.
En otro bol mezclar los huevos con el azúcar hasta que blanqueen. Añadirle el aceite de girasol y mezclar bien. Añadir seguidamente la leche cortada, el vinagre y el aroma de vainilla y mezclar bien.
Mezclar después los ingredientes secos. Batir bien con varillas eléctricas si tenéis. Añadir colorante rojo para darle el color característico del red velvet. Necesitareis un par de cucharaditas de colorante en pasta.
Cuando ya esté todo bien mezclado, engrasamos los moldes con spray dubhor para evitar que se pegue y vertemos la mitad de la mezcla en cada molde.
Precalentamos el horno a 180º. Metemos el bizcocho en el horno durante unos 45 minutos. Es muy importante no abrir el horno en todo el rato, vamos controlando por la ventana del horno pero no lo abrimos hasta el final. Cuando estén listos retiramos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Para preparar la crema de queso batir la mantequilla pomada a velocidad alta durante unos 3-4 minutos junto con el azúcar y aroma de vainilla como si fuéramos a hacer una buttercream. Cuando el azúcar y la mantequilla estén completamente integrados añadimos el queso crema bien frío y batimos a velocidad baja para que no se nos deshaga hasta que se integre bien.
Vamos con el montaje de la tarta. Cada bizcocho lo dividimos horizontalmente por la mitad par crear dos bases de cada uno de ellos.
Colocamos el primer bizcocho sobre una base con papel de hornear en cuatro trozos que luego podamos retirar. Cubrimos el bizcocho con una capa de frosting de queso y encima otro bizcocho. Repetimos hasta acabar con el ultimo de los bizcochos. Este último bizcocho lo colocamos boca abajo porque normalmente será más lisito.
Con ayuda de una espátula forramos toda la tarta con una capa ligera de frosting de queso. En este caso podríamos si queréis darle otra capa para que quede más lisito pero yo sólo le di una porque quería darle un toque más rustico para decorarla con flores naturales.
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