La tarta Red Velvet es muy típica de San Valentín en los países anglosajones. Yo ya publiqué una tarta en San Valentín de este año, pero esta receta es mejor y las fotos no tienen ni punto de comparación. Creo. He mejorado bastante desde entonces.
Lo bueno que tiene esta tarta, como ya os he comentado es que no carga tanto como otras, es menos empalagosa, gracias a la frescura de la crema de queso. Podríamos compararla a la de zanahoria que tanto me gusta también. O incluso a la de queso, pero son conceptos muy diferentes.
Se cree que su color rojo se debe a que antes se hacía con remolacha. Hay quien todavía la sigue haciendo con este ingrediente. Yo he preferido hacerla más sencilla, aunque no niego que me encantaría probar a hacer la original. ¿Sabrá diferente? Supongo.
Otra de las características de esta tarta es que se hace con bicarbonato de soda y con vinagre. El bicarbonato necesita un líquido y un ácido para activarse. En este caso es el mismo: el vinagre. Tranquilos, NO sabe a vinagre. Ni queriendo podrías decir que esta tarta lleva vinagre. Es imposible encontrarlo. Ni los mejores olfatos y paladares de la gente antivinagre lo encontraría jamás. Me refiero al de una amiga mía, que sea ella la que se dé por aludida.
Además, la he adornado con unas flores en los mismos tonos que la tarta, más o menos. La verdad es que es difícil decorar una tarta cubierta de blanco. Cualquier decoración va a resaltar demasiado. Era para el cumpleaños de la madre de mi novia y claro tenía que poner algo bonito. Las rosas no me iban a encajar bien, se iban a ver demasiado rojas (no entraba en mi mente meter otros colores). Creo que las flores elegidas (jazmines y una especia de ranúnculos) han sido muy acertadas. Es perfecta para cualquier cumpleaños, aniversario o celebración.
Espero que os gusta y que la probéis en casa. Es muy fácil de hacer, a pesar de todos los ingredientes que se necesitan (que los podéis encontrar todos por casa, vaya). Seguro que sorprendéis a vuestros comensales con esta tarta, que además de ser preciosa por dentro y fuera, ¡está deliciosa!
Layer cake de Red Velvet
Dificultad: Fácil
Tiempo horneado: 35-40 mins (aprox)
Raciones: 10
Etiqueta: Postre
Receta: Objetivo: Tarta perfecta, pág 29.
Para la masa:
120 ml de aceite de oliva suave
320 gr de azúcar
2 huevos
2 cucharaditas de cacao en polvo sin azúcar
Una cucharadita de colorante rojo en pasta
3 cucharaditas de extracto de vainilla
250 ml de leche
2 cucharaditas de zumo de limón
300 gr de harina
1 cucharadita de bicarbonato de soda
2 cucharaditas de vinagre blanco
Para la crema de queso:
150 gr de mantequilla a temperatura ambiente
300 gr de queso crema (tipo Philadelphia)
500 gr de azúcar glacé
- Precalentamos el horno a 180ºC.
- Preparamos, engrasamos y enharinamos bien dos moldes de 20 cm de diámetro.
- Ponemos la leche en un vaso y añadimos el zumo de limón. Dejamos reposar unos ocho minutos hasta que parezca que se ha cortado.
- Tamizamos la harina con el cacao y reservamos.
- En un bol amplio añadimos el aceite, el azúcar y los huevos. Batimos bien hasta que se hayan integrado todos los ingredientes.
- Añadimos la harina y el cacao poco a poco, intercalándolo con la leche cortada. Seguimos batiendo.
- Mezclamos en un vaso el vinagre con el bicarbonato de soda. Cuando burbujee (dos segundos) lo echamos en la mezcla.
- Cuando tengamos una mezcla homogénea añadimos el colorante y la vainilla. Batimos.
- Repartimos la masa en los dos moldes. Intentad que caiga la misma usando un peso y a cucharadas.
- Horneamos durante 35-40 mins, hasta que al introducir un palillo este salga limpio.
- Dejamos enfriar en el molde durante 5 minutos y desmoldamos con cuidado.
- Traspasamos a una rejilla para que se enfríe por completo.
- Toca preparar la crema. Para ello, batimos la mantequilla con el azúcar glacé hasta que esté bien incorporado.
- Añadimos el queso, que debe estar frío. Batimos bien hasta conseguir una crema homogénea, sin grumos.
- Ahora vamos a montar la tarta. Con una lira vamos a nivelar los dos bizcochos. Si sois muy mañosos podréis hacerlo con un cuchillo grande de vuestra cocina. Yo prefiero usar la lira, quedan mejor.
- Colocamos uno de los bizcochos en la base en la que vamos a servir la tarta. Ponemos tres cucharadas de crema de queso encima y las extendemos bien por toda la superficie.
- Colocamos el otro bizcocho encima y lo nivelamos: debe estar recto.
- Cubrimos toda la superficie con una capa fina de crema de queso. Es lo que llamamos una capa "sujetamigas". Introducimos en la nevera durante al menos 30 minutos.
- Pasado ese tiempo volvemos a cubrir la tarta con una capa más gruesa. La cubrimos de forma uniforme intentando que se nos quede lo más perfecta posible.
- Cuando lo hayamos hecho, calentamos un vaso con agua. Introducimos la espátula y la dejamos dentro varios minutos. Secamos la hoja y la vamos pasando por la superficie del bizcocho y por los laterales para conseguir un acabado más perfecto.
- Decoramos con flores de fondant o pasta de goma y con migas del propio bizcocho. Para conseguir migas finas y homogéneas lo que he hecho ha sido frotar el bizcocho contra un colador y espolvorearlas por encima.
- Servimos en frío.
¡A disfrutar!
- Las flores de pasta de goma las he hecho inspirándome en un tutorial del libro de Patricia Arribálzaga, Cupcakes, cookies y macarons de alta costura.
- El queso crema NO debe ser light, si no no obtendremos la textura que queremos. Debe estar frío, recién sacado de la nevera.
- Al llevar crema de queso es mejor guardarla en la nevera y sacarla 10 minutos antes de servirla.