Para el desayuno, una merienda o simplemente porque nos apetecen. Se pueden hacer de varias mareras y de diferentes sabores. Hoy las he hecho de naranja y anís, pues estos dos sabores van muy bien. Siempre doraditas y esponjosas, son una pura delicia. Y una opción estupenda para acompañar un café y empezar el día.
Ingredientes
3 huevos
12 cucharadas soperas de aceite de oliva, aromatizado con cascara de naranja
12 cucharadas soperas de azúcar
250 ml de zumo de naranja y la ralladura
1 cucharada de esencia de vainilla
2 cucharadas soperas de anís en grano (machacado)
24 gr de levadura o polvo de hornera
700 gr harina (aproximadamente)
Aceite vegetal para freír
Preparación
Lo primero que haremos es, en una sartén ponemos el aceite de oliva a calentar con la cascara de naranja. Poner más porque la cáscara absorberá un poquito. Cuando este un poquito doradita, retiramos y dejamos enfriar.
A continuación, batimos los huevos con el azúcar,
Añadimos todos los ingredientes líquidos y mezclamos.
Y empezamos a añadir la harina junto con la levadura, poco a poco y mezclamos hasta que la masa la podamos manejar.
Seguro que se pegará a las manos, pero no os preocupéis untarlas con un poquito de aceite y la masa se despegará.
Ponemos a calentar el aceite para freírlas, mientras hacemos las rosquillas. Cogemos una bolita de masa y con un dedo hacemos un agujero en el centro para que nos queden redondas y vamos friéndolas,
Las sacamos y aun calientes las pasamos por azúcar. Dejar enfriar y a comer.