Pero antes de nada, os pongo en situación:
No sé si ya os he comentado alguna vez que soy de esas personas (personas golosas) que lo primero que hacen en un restaurante es mirar la carta de postres. De hecho, pedir el postre al principio debería ser la regla general y no la excepción. Y es que, lo creáis o no, es una táctica perfecta!
Pensadlo: si antes de empezar a comer sabemos que existe un postre riquísimo, goloso y terriblemente tentador, obviamente tendremos que dejar sitio en el estómago para él.
Así, si hay un postre rico rico, habrá que privarse en el plato principal.
Está claro, lo primero es lo primero (¡y lo primero es el postre!)
Pues bien, el otro día fui a un japonés con mis amigas y en la carta, como era de esperar, había mucho sushi. Hasta ahí todo bien. Sin embargo yo, haciendo uso de mi maravillosa estrategia, me fui directamente al postre. ¿Y qué me encontré? ¡más sushi! ¡sushi dulce!!!
Sí, sí. Yo también me quedé pasmada.
Pero lo mejor vino cuando leí: "nutella" Ahí fue cuando mi cabeza dijo: "esto lo pruebo sí o sí"
Como os podéis imaginar, el éxito fue rotundo. ¡Un postre riquísimo e irresistible! Todo un descubrimiento!
Así, a los dos días ya me había puesto manos a la obra con la receta (aii, no tengo remedio!) Y para mi sorpresa, es un postre sencillísimo de elaborar (incluso más fácil que el sushi salado).
Ya sabéis, si queréis impresionar: ¡sushi dulce!
Ingredientes
Para las crepes (o "alga nori dulce")
60 gr. de harina
200 ml. de leche
15 gr. de azúcar
1 huevo
2 cucharadas de Colacao
Para el arroz
150 gr. de arroz de sushi
375-400 ml. de leche
2 cucharadas de azúcar
Para el relleno
Fresas
Nutella
Elaboración
Para las crepes
En primer lugar, con una batidora mezclamos todos los ingredientes. Después ponemos una sartén al fuego y, cuando esté caliente, pintamos con un poquito de aceite y vertemos la mezcla. Procurad que quede una capa lo más fina posible (que la mezcla simplemente cubra el fondo de la sartén).
Cuando veamos que se pueda despegar fácilmente le damos la vuelta con cuidado para que se hagan por el otro lado.
Repetimos el procedimiento con cada crepe (salen entre 4 o 6 crepes dependiendo de la sartén). Una vez listas, las dejamos enfriar y reservamos.
Para el arroz
Antes de nada, debemos lavar muy bien el arroz para quitarle todo el almidón. Para ello, ponemos el arroz en un colador y bajo él, un cuenco con agua. Habrá que remover el arroz con la mano para limpiarlo bien y cambiar el agua del cuenco entre 6 y 8 veces. Al principio el agua saldrá blanca (llena de almidón) pero tras varios lavados, conseguiremos que salga transparente y ya estará listo para cocer.
Después ponemos la leche y el arroz en un cazo a fuego fuerte. Cuando empieza a hervir bajaremos el fuego a un nivel medio-bajo y cocemos durante 15-20 minutos (si estáis acostumbrados a hacer sushi salado, tened en cuenta que el dulce tardará un poco más). Una vez listo, ponemos el arroz en un bowl y le añadimos el azúcar mientras removemos. Una vez azucarado, seguiremos removiendo mientras "abanicamos" el arroz y así enfriarlo (aquí se pueden utilizar trucos como utilizar un ventilador o directamente removerlo en la nevera para que se enfríe antes).
Montaje
En caso de que nos hayan salido crepes redondos, los recortamos un poco para que queden rectangulares (como si de una alga se tratase). Ponemos la crepe sobre una esterilla y cubrimos, un poco menos de la mitad, con el arroz. Seguramente el arroz haya quedado un poco pegajoso (es totalmente normal, no os asustéis) así que, para trabajarlo mejor, os recomiendo mojar un poco las manos con agua o leche.
Cortamos la fresas en bastones finitos y los vamos incorporando en el centro del arroz como si fuese un cordón. Pegado al "cordón" de las fresas haremos otro, pero esta vez de nutella.
Finalmente, lo enrollamos con la esterilla (haciendo algo de presión paga que se queden bien "pegados" todos los ingredientes) hasta formar un rulo. En mi primer intento, la crepe no se quedó bien pegada en el extremo. Mi truco fue poner un poco de nutella como si de pegamento se tratase: y ya no se despegó más!
Después ya sólo queda cortar en porciones de unos 2 cm aproximadamente. Para conseguir unos cortes limpios os recomiendo ir mojando el cuchillo en agua cada vez que se realice un corte.
Y ¡voilà! Ya tenemos unos fantásticos makis dulces.
En cuanto a la degustación: para los más golosos, os aconsejo "mojarlos" en chocolate fundido: es todavía más delicioso!!! Si no, en una salsa de yogur griego también quedan riquísimos.
Espero que os haya gustado
¡Feliz semana!