Todos estábamos espectantes porque no iba a ser una celebración corriente. Esta celebración estaba cargada de sentimientos, significado, alegrías, agradecimiento y sobre todo mucho amor. Sentimientos porque no existe nada más grande para una madre y un padre que sus niños, que apenas hace unos años eran aún muy pequeños, tomen su primera comunión, signo inequívoco de que ya se van haciendo mayores y han dejado atrás una etapa muy bonita cuyo recuerdo nos produce nostalgia. Significado: una batalla vencida, un pulso mantenido contra la enfermedad, una lucha contra la leucemia, que gracias a Dios ha ganado la familia, y el amor incondicional de los seres más queridos unidos como una piña contra el infortunio. Alegría: de poder celebrar este momento con todas las personas cercanas; familia, y amigos cuya preocupación y desvelo han servido para arropar aquellos momentos en que las fuerzas flaqueaban. Agradecimiento: a Dios, a la Virgen del Rocío, o a esa Fé tan grande, que nos mueve a luchar hasta quedar exhaustos, que nos obliga a seguir y nos ayuda a salir adelante. Y amor, porque el amor de una madre lo puede todo; por tus noches en blanco llenas de preocupación y dudas, por tu sacrificio, por mantener la calma y por mostrarles a tus hijos siempre una sonrisa. Quisiera que este post fuera mi pequeño homenaje a ti, prima, por ser tan valiente, luchadora y fuerte. Por plantarle cara a la vida, por luchar a capa y espada por tu hijo.
Por todo ello este 3 de Mayo ha sido un día muy especial, se han cumplido los sueños de padres y abuelos, viendo a los hermanos haciendo juntos su Primera Comunión y también los de tíos, primos y amigos íntimos que han sido testigos de la celebración y partícipes en todo momento de la alegría que ello conlleva.
Me he sentido muy halagada, por poder contribuir con mi pequeño granito de arena y darle a los niños la sorpresa del postre: las galletitas de comunión y la tarta, y también la persona más feliz del mundo, al ver sus caritas de emoción.
La tarta era de dos pisos y pesaba casi diez kilos
La tarta del piso inferior era un bizcocho de vainilla relleno con crema de chocolate blanco. En el piso superior el bizcocho era de chocolate relleno de una buttercream de caramelo. Los panecillos y el cáliz son de galleta y las palomas de fondant.
Fotografía hecha en exterior con luz natural
Y estas son las galletitas que les regalé a mis primos.
Para Manuel
Para Alejandro
Mis muñequitos de comunión
Enhorabuena a los papás y también a los niños, por ese día tan maravilloso en el que nos hicieron disfrutar de su compañía.
Prima, te dedico esta entrada con todo el cariño del mundo y sabes que aunque no nos veamos con frecuencia, estamos la una en el corazón de la otra.
Gracias por los recuerdos inolvidables que compartimos de pequeñas y los momentos tan estupendos vividos juntos. ¡¡¡Muchos besos!!!
Saludos
María José
¡Y no os olvidéis de poner un dulce en vuestra vida!