Para el cumple de Alba y Lorena, su madre me encargó un detalle para llevar al colegio y compartir con sus compañeros de clase. Algo fácil de llevar y de comer y que no ensuciara mucho. Cuando te pones a pensar en tartas, o en pastelitos, no es una idea muy viable, para llevar al cole, ya que a la hora de transportarlos o repartirlos, se puede producir un verdadero desastre.
Pero con los chocolates en palitos o "choco pop",el éxito está asegurado.
Se trata de unas piruletas de chocolate con leche y chocolate blanco, de diferentes formas. Tengo varios moldes en forma de: regalos, labios, mariposas, flores, corazones... son muy variados y bonitos, y hacen las delicias de los chicos y chicas en sus cumpleaños.
Con estos chocolates, celebrar el cumple con los compañeros de clase es la mar de sencillo. De esta manera si hay alguien que sea celíaco, es decir, que tenga alergia al gluten y no pueda comer galletas u otro tipo de pastelitos, esta es una buena opción para satisfacer los gustos de todos los amigos.
El proceso para crear estas estupendas delicias de chocolate consiste primero en fundir el chocolate. Esto nos llevará un tiempo, ya que no podemos hacerlo deprisa, porque podemos quemarlo y si se nos quema, el chocolate amargará, y se habrán arruinado nuestras piruletas. Así que con calma y despacito, podéis fundirlo a baño maría o si os atrevéis, también se puede hacer en el microondas; pero a baja potencia y mirando de 20 en 20 segundos como se va deshaciendo al tiempo que removéis, con cuidado que no se os queme. Una vez que lo hemos fundido, pasamos al proceso de atemperado, en el que el chocolate baja su temperatura, se enfría y coge brillo y consistencia. Si el atemperado no está bien, el chocolate no quedará bonito ni brillante.
Después de atemperar vertemos el chocolate en los moldes, ponemos el palito de madera y dejamos enfriar a temperatura ambiente. Cuando haya endurecido, desmoldamos y los empaquetamos en bolsitas transparentes individuales.
Es una elaboración sencilla, pero lleva su tiempo y en repostería, es mejor no correr. Desde luego, el resultado merece la pena.
¡Así de chulas quedaron las piruletas de chocolate!
¡Y estaban super ricas, porque según la mamá de Alba y Lorena, no quedó ni una!
Espero que os haya gustado