Ingredientes:
445 gr Huevos
280 gr azúcar
280 gr harina
Una cucharada de esencia al gusto (vainilla, naranja, almendra, etc.)
una pizca de salCon estas cantidades obtenemos una tarta para un molde redondo de 20/22 cms de diámetro. Si el molde es cuadrado, rectangular o de mayor medida, solo tenéis que doblar las cantidades de la receta, como hice yo para preparar la tarta de la foto.
Preparación:
Tamizamos la harina en un bol. Reservamos.Separamos las yemas de las claras.
En el bol de la batidora, ponemos las yemas con la mitad del azúcar y batimos hasta que doble su volumen.
Quedará una masa muy esponjosa. Reservamos.
Precalentamos el horno a 180ºC
En otro bol aparte, ponemos las claras que hemos separado antes, con la pizca de sal y batimos con unas varillas eléctricas.
Cuando empiece a espumar, añadimos el resto del azúcar en forma de lluvia, sin dejar de batir, para conseguir montar las claras a punto de nieve.
Cuando tengamos las claras montadas a punto de nieve, vertemos las claras sobre las yemas y las mezclamos con unas varillas manuales o una espátula, con mucho cuidado, de forma envolvente, para evitar que se bajen.
Seguidamente añadimos la harina , tamizándola de nuevo.
Con cuidado mezclamos de nuevo, de forma envolvente, con una espátula hasta integrar la harina. Sólo lo mezclaremos lo necesario. ¡Prohibido remover más de la cuenta, o si no el bizcocho saldrá duro!
Engrasamos el molde que vamos a utilizar y lo forramos con papel de horno.
Ponemos la masa en el molde y metemos al horno que tendremos precalentado a 180º C, durante 25 o 30 minutos. No hay que abrir el horno durante este tiempo, bajo ningún concepto o si no, no subirá nuestro bizcocho. Tenéis que vigilar vuestro horno, como siempre digo: -¡cada horno es un mundo!- Pasado el tiempo de horneado, si al clavarle en el centro del bizcocho un palillo, éste sale limpio, ¡sacadlo porque ya estará listo!
Dejar que se enfríe el bizcocho sin desmoldar unos 10 minutos. Pasado este tiempo, ya se puede desmoldar y pasarlo con cuidado a una rejilla para que se termine de enfriar del todo.
Luego podemos regarlo, rellenarlo y decorarlo a nuestro gusto.
Yo aproveché para darles una sorpresa al entrenador y a los compañeros del equipo de mi hijo. Pensé que después de un año de duro entrenamiento, y tras conseguir haber llegado al Campeonato de España de Karate por Equipos, esto podía ser la excusa perfecta para una merecida celebración. Todo esfuerzo tiene su recompensa. ¡Enhorabuena chicos, sois los mejores! ¡A seguir luchando por el éxito!
Si os ha gustado mi post, y tenéis algún comentario, duda o sugerencia, ya sabéis que estaré encantada de responder a vuestras preguntas.