¿Qué tal estáis amigos? Se os echa de menos, he de reconocer que ahora no dispongo de mucho tiempo para publicar. Es cierto que continuo con mis pequeños encargos, pero casi todo lo que hago es para la familia, ya sabéis, cuando no es uno, es otro, ¡siempre hay alguien cumpliendo años! Pero a mi me gusta, estar siempre liada haciendo repostería.
Hoy os traigo un bizcocho especial para personas con alergia al huevo, esta receta no lo lleva y además está muy muy rica. Tengo que confesaros que no es mía, me la pasó mi amiga Miriam, porque Lucas no puede tomar huevo, y siempre que la hace le sale genial. Tomad nota si queréis probarla...
Ingredientes:
400 grs de harina
300 grs de azúcar
80 grs de cacao puro en polvo
1 sobre de levadura química, (tipo Royal) o polvo de hornear
2 cucharaditas de bicarbonato sódico.
250 grs de leche
250 grs de agua
180 grs de aceite de girasol.
Todos los ingredientes tienen que estar a temperatura ambiente
Preparación:
Precalentar el horno a 200º C .En el bol de la amasadora y con la pala mezcladora echamos el azúcar, la leche, el agua, el aceite y batimos hasta que el azúcar se disuelva.
En un bol aparte, tamizaremos el cacao en polvo, la harina, el bicarbonato sódico y la levadura juntos, para que no tengan grumos.
Acto seguido, añadimos los ingredientes secos al bol de ingredientes líquidos que tenemos en la amasadora, sin dejar de batir a baja velocidad, para que la harina y el cacao se integren bien en la mezcla líquida.
Nos tiene que quedar una mezcla chocolateada, ligeramente líquida y con este aspecto. Desde luego si se pudiera oler desde la pantalla, os relameríais de gusto, porque esto huele delicioso.
En este momento, engrasáis un molde redondo o cuadrado o le ponéis papel de horno , yo utilicé uno circular de 22 cms. El bizcocho tiene que estar de 30 a 35 minutos en el horno, pero eso depende, pues cada horno es un mundo. Yo os aconsejo que no abráis la puerta del horno hasta que no hayan pasado mínimo 30 minutos. Entonces para ver si se ha cocido por dentro, cogéis un palito de madera, de esos de brocheta que son largos, y lo pincháis en el centro del bizcocho. Si el palito sale limpio, el bizcocho ya está cocido. Si por el contrario el palito sale manchado con restos de masa cruda, es que todavía le falta tiempo de cocinado y hay que dejarlo un poco más para que se haga. Si éste es vuestro caso, yo lo iría pinchando de 5 en 5 minutos, hasta que el palito salga limpio.
Una vez listo el bizcocho se saca del horno y sin desmoldarlo, dejamos que se enfríe unos 15 minutos.
Este bizcocho es tan tierno que si intentáis desmoldarlo recien sacado del horno, se os va a romper, sin duda.
Cuando hayan pasado los 15 minutos, entonces lo desmoldamos con mucho cuidado y ponemos sobre una rejilla de horno para que se termine de enfriar por completo.
Para que os hagáis una idea de como queda, os pongo la foto del bizcocho una vez frío, cortado y listo para rellenar.
Con esta receta Lucas y Ruth han podido celebrar muchos cumples. Se puede rellenar de nata (crema de leche), trufa, crema o cualquier otro sabor que os guste. También he forrado este bizcocho con fondant y ha aguantado bien la decoración. Es delicioso y su sabor a chocolate es intenso y muy rico.
Os pongo alguna fotos de las tartas que les hice con este mismo bizcocho
En todas, el resultado es espectacular, rico, intenso y con sabor a chocolate, chocolate, y lo más importante, ¡sin huevo!
Y aquí están las fotos de las tartas que hice con este bizcocho y están cubiertas de fondant. La de los dinosaurios para Lucas.
Y la de unicornios para Ruth.
Quería aprovechar para darle las gracias a Miriam, por su confianza, ya que es una excelente amiga y ha tenido tanta paciencia, desde que le dije que iba a publicar las fotos de las tartas de sus niños.
Espero que os gusten. Aquí tenéis unas cuantas ideas. Os atrevéis.