El bizcocho debía ser jugoso, lo regué con un almíbar de naranja que le iba de maravilla. Marcos me pidió expresamente que fuera de calabaza (pincha aquí para ver la receta completa del bizcocho de calabaza), pues en una de las últimas tartas mías que probó, le gustó mucho su sabor. El relleno y la cobertura, suaves. No le gusta demasiado el fondant, aunque me dijo que sí podía llevar algún detalle pequeño, así que me decanté por una nata (crema de leche) vegetal, especial de repostería, que es muy ligera y tiene un sabor muy suave.
Esta nata (crema de leche) vegetal, se puede también colorear, para crear todo tipo de efectos. Yo no he visto demasiadas mesas de ping pong, pero la que vi en el centro juvenil donde van los chicos a jugar, era verde y eso me dio la idea para colorearla así. Me imagino que las habrá de otro color, pero yo le puse ese que era el que había visto en realidad.
Hice las pelotas y las palas en fondant, sólo era un pequeño detalle, no resultaría empalagoso. El trabajo de cubrir de nata (crema de leche) y alisar la tarta fue hecho con espátula, las lineas de la mesa, con la manga pastelera dispuesta con una boquilla lisa ancha. Escribí el nombre y los años con la misma boquilla. Como estábamos invitados al cumpleaños, he de decir que pude probar la tarta y la verdad es que estaba riquísima. Super jugosa por dentro y muy suave en conjunto.
A Marcos también le gustó mucho. Le deseamos muchas felicidades en su décimo tercer cumpleaños.
Este año hemos superado el reto,¡ mesa de ping pong conseguida!
Saludos
María José
¡Y no os olvidéis de poner un dulce en vuestra vida!