Si hay algo que se perdió en las zonas rurales de Gran Canaria me da mucha, muchísima lástima, es que los niños de hoy no lo disfruten como lo disfrutábamos antes, la esencia del carnaval no comercial. Era ir de mascarita, como lo llamamos aquí. Daba igual de lo que fueses disfrazado, los niños no iban de super-héroes y las niñas de princesas.Nos vestían con ropas de las abuelas, peluca o pañuelo en la cabeza y nos pintaban la cara con el maquillaje de mamá. Lo verdaderamente importante era salir por el barrio, tocando puerta por puerta, y esta vez no era truco o trato, no, era pedir huevos, decíamos: un huevito.
Ahora de mayor imagino que los vecinos se armaban de provisiones y en esa semana no gastaban los huevos de sus gallinas para cuando llegaran los niños. Todo el mundo nos recibía con emoción, al tocar en una casa nos salía a ver la familia al completo y preguntaban: ¿quienes son estas mascaritas? ¿a esta gente no la conocemos?. Y te ibas como todo un triunfador con tu huevo en el cesto.
Ahora toca el porqué de los huevos, es para hacer las tradicionales tortillas de carnaval. Los niños llegábamos a casa ansiosos para que nuestras madres nos hicieran las tradicionales tortillas. ¡Que felices eramos en aquella época!
Ingredientes:
4 huevos
250 ml. de agua
150 ml. de leche
La ralladura de un limón
1 cucharada de 15 ml. de anís en grano
320 g. de hariana
150 g. de azúcar
Elaboración:
Primero colocamos el agua en un cazo junto con el anís y llevamos el agua a punto de ebullición, desde que comience a hervir la retiramos del fuego y dejamos enfriar.
Luego batimos los huevos y les añadimos la ralladura del limón.
Mezclamos y agregamos el agua con el anís o como lo llamamos en Gran Canaria matalauva.
Añadimos el azúcar y la harina alternándola con la leche, la cantidad de harina la he pesado para poderos orientar pero puede variar un poco dependiendo de la calidad de esta, el caso es que al echar la masa en la sartén la masa se debe estirar un poco para que queden como un crépes.
Preparamos la sartén con muy poca aceite, mi abuela me dice que una cucharada de aceite nada más.
Cocinamos las tortillas por ambos lados hasta que adquieran un color ligeramente dorado.
Luego servimos en un plato y según la tradición se cortan en cuatro y acompañan con miel de caña o en este cazo lo he hecho con melaza de azúcar moreno (sirup golden) muy tradicional en casa de mi abuela.
Hay quien las fríe en abundante aceite y las hace de tamaño individual, yo de esa manera preparo las Tortillas de Calabaza que las puedes ver Aquí también. Deseo que te guste mi receta y mi trocito de historia.
¡ Buen provecho!