La RECETA no puede ser más sencilla.Necesitamos:
- pan del día anterior (si no tenéis pan del día anterior y queréis hacer tostadas ya mismo, un pequeño truco es meter pan fresco en el microondas, ya que al perder agua "envejece" enseguida y resulta mejor para las tostadas)
- leche entera, según la cantidad que queráis hacer entre medio y un litro
- canela en rama y canela molida
- 1 huevo
- azucar
- limón
- aceite de girasol
Ponemos al fuego la leche (yo he utilizado medio litro para poco más de media barra de pan) con 2 o 3 cucharadas de azúcar, un palo de canela y un poco de cáscara de limón, dejando a fuego medio unos diez minutos. Dejamos enfriar.
Cortamos el pan en rebanadas gruesas y lo más grandes posibles (es decir, ligeramente diagonales para que nos queden mejor).
Retiramos el limón y la canela de la leche y empapamos las rebanadas de pan.
Ponemos a calentar en una sartén aceite de girasol (es preferible no utilizar aceite de oliva para que no quede un sabor muy fuerte).
Batimos el huevo y pasamos las tostadas (previamente empapadas de leche y ligeramente escurridas) por él.
Freímos en el aceite hasta que cojan un color dorado. Sacamos y escurrimos.
En un plato hondo mezclamos azúcar con canela en polvo hasta que nos quede un polvo homogéneo de color dorado. Pasamos cada tostada por esta mezcla y servimos.
Están buenísimas templadas (de hecho, se acaban tan rápido que no se que tal sabrán frías ya que nunca hemos llegado a ese punto).
Así que ya sabéis, si os queda pan del día anterior ésta es una opción buenísima para utilizarlo.