El pasado jueves cumplieron 5 añitos mis primos pequeños los mellis, Mauro y Adriana, aunque lo celebraron el viernes por la tarde con todos sus amiguitos y familiares.
Como toooodos los años, mi madre y yo somos las encargadas de realizar la tarta y, aunque la tarta siempre es la misma (la tarta de galletas y chocolate que tanto éxito tienen en todos los cumpleaños y que mi tía Mamen no quiere que innovemos), siempre nos gusta sorprenderles con alguna decoración nueva.
No se si recordaréis la tarta que les hicimos cuando cumplieron 3 añitos, una tarta de galletas y chocolate con muñecos de pasta de azúcar, la verdad es que quedó muy bien y a todo el mundo le gustó pero la pena fue que los muñecos eran muy grandes se nos hundían un poco en la tarta con el paso del tiempo. También los niños se metían en la boca un pequeño trocito de los muñecos y al ser una pasta tan densa y tan dulzona, al poco tiempo lo acababan tirando, demasiado azúcar para ellos. Por lo menos nos quedamos con el recuerdo de que fue un cumpleaños maravilloso y que a todo el mundo le gustó la presencia y el sabor de la tarta en sí, que es lo importante,
Cuando cumplieron 4 añitos les volvimos a hacer esta misma tarta, pero esta vez con decoraciones de fondant casero, ¿la recordáis?. Por supuesto volvimos a sorprender a los invitados con esos cochinitos revolcándose en el barro, esta vez pequeñitos, y ese borde de Kit.kat por el que muchos niños se peleaban. En esta ocasión ocurrió lo mismo, los niños se metían los cochinitos en la boca y al poco tiempo lo soltaban, demasiado azúcar para ellos.
Y es que sí, el fondant queda precioso en las tartas, con el se pueden hacer unas decoraciones espectaculares, pero realmente por aquí no suele gustar mucho su sabor y es una pena que no se coma con todo el trabajo que lleva. Por ello nosotras no somos muy fans de este producto, alimento o como queráis llamarlo.
A nosotras para los cumples, sobre todo de los más peques nos gusta sorprender a la gente con tartas como esta, tarta que se han hecho en mi casa de toda la vida y que por supuesto siempre suelen triunfar. Por ello este año no parábamos de pensar en que decoración hacer porque no queríamos usar fondant, queríamos algo que gustase y que todos los niños se comiesen.
Al final optamos uno de nuestros dulces favoritos, o por lo menos el mío a la hora de regalar, las pastas de mantequilla decoradas con glasa. Si si, como lo oís, galletas en una tarta.
Pero ahora el problema no era ese, sino que Mauro como es amante del fútbol quería una tarta de un campo de fútbol, y Adriana amante de los cuentos quería una tarta de los "Tres cerditos". Al final decidimos hacer una Granja.
Para ello lo que hicimos es dibujar cada elemento de la Granja en galletas, a las cuales le pinchamos unos palillos en la base antes de hornearlas para que pudiesen mantenerse de pie. También hicimos unos pequeños triángulos de galletas, que pusimos por detrás de los elementos más grandes para que no se tumbasen con el peso.
Finalmente este es el resultado: