Yo la probé hace ya algunos años, durante mi año como Au Pair. Creo recordar que estaba de vacaciones junto con la familia con la que trabajaba. Era viernes y como ellos son judíos, debían celebrar su cena de shabbat.
Normalmente, los viernes cenábamos sopa de pollo, pero como estábamos en Estepona, les fue imposible conseguir pollo kosher, por lo que el plan B fue esta deliciosa sopa.
Yo al principio era un poco reticente a comer una sopa de cebolla, me resultaba raro... pero me anime a probar y mmmm.... no me podía creer como aquello tan simple podía estar tan bueno.
Desde entonces se a convertido en una receta más de nuestro menú.
Espero que vosotros también os animéis a probarla y os sorprenda. Ya me contaréis en los comentarios :)
INGREDIENTES (Para 2 personas):
2 Cebollas
2 dientes de Ajo
50 ml Aceite de oliva
50 ml Mantequilla
1 cd Maizena
75 ml Vino blanco
400 ml Agua
Sal
Pimienta
1/2 pastilla Caldo Concentrado
MODO DE HACER:
Primero precalentamos una sartén profunda o una olla con el aceite de oliva y la mantequilla. Una vez se haya derretido la mantequilla por completo, bajamos el fuego medio-bajo y añadimos las cebollas laminadas. Dejaremos que se pochen poco a poco.
Una vez estén las cebollas tiernas, añadimos los ajos laminados y dejamos que se rehoguen un poquito.
A continuación, añadimos la maizena, el vino blanco y salpimentamos a nuestro gusto. También añadimos el agua y la pastilla de caldo concentrado.
Finalmente tapamos, y dejamos que todo cueza por unos 30 min. Servimos y ¡¡YA ESTÁ LISTA PARA TOMAR!!