Y así, también, aprovechamos el pan duro que va quedando en casa.
Hay veces que le añado un huevo, en el último momento al añadir el pan o unas ramitas de tomillo. Hay tantas maneras de preparar la sopa de cebolla, que esto va a gustos.
La receta está preparada con lácteos sin lactosa, por la intolerancia de mi hija, pero se puede preparar con ingredientes normales.
Ingredientes para 4 personas:
4 cebollas blancas grandes
2 dientes de ajos
2 litros de caldo de pollo o carne
300 ml de vino blanco
60 g de mantequilla sin lactosa
40 ml de aceite de girasol
300 g queso emmental rallado
Pimienta molida
Sal
Elaboración:
Pelar y cortar las cebollas en juliana. Pelar y picar los ajos finamente.
Dejar el pan cortado en lonchas pequeñas y finas.
Poner en una cazuela la mantequilla y el aceite.
Cuando esté derretida la mantequilla, añadir la cebolla y dejar pochar a fuego suave unos 45 minutos. Incorporar el ajo picado, salpimentar, antes que coja color el ajo, agregar el vino blanco.
Dejar evaporar el alcohol del vino.
Incorporar 1,5 litros de caldo y dejar cocer la cebolla 30 minutos sin tapar.
Añadir el pan cortado, cocer 5 minutos más. Si es necesario por espesar mucho la sopa, añadir más caldo caliente.
Rectificar de sal si es necesario.
Pasar la sopa a los cuencos o cazuelitas de barro, como en mi caso.
Cubrir con el queso rallado y gratinar en el horno.
¿Qué mejor cocinillas que una sopa para días grises y lluviosos?
¡A coger la cuchara!