La sopa de cebolla es una de las sopas más conocidas y antiguas del mundo, apareciendo ya en libros de cocina francesa del siglo XIV. La palabra sopa proviene del germánico occidental suppa, que se refería a una rebanada de pan sobre la que se vertía el caldo, por lo que la sopa de cebolla puede decirse que es una variante de las humildes sopas de pan tan consumidas en épocas de hambrunas a lo largo de la historia de Europa. La incorporación del queso rallado para gratinar esta sopa francesa que es como la conocemos hoy en día, es muy posterior.
Y después de esta breve introducción al maravilloso mundo de las sopas, sólo me queda decir dos cositas: esta sopa está que te mueres, es muy sencilla de hacer y vas a quedar de lujo si la sirves en cualquier comida o cena.
Los ingredientes que he puesto son para 4 personas pero las fotos corresponden a una receta para dos, porque eramos los que estábamos en casa.
Ingredientes:
- 3 o 4 cebolletas grandes
- 1,5 l. de caldo de verduras o de pollo
- rebanadas de pan
- queso rallado
- aceite de oliva virgen extra
- sal y pimienta negra (opcional)
Elaboración:
1. Rehogar las cebolletas cortadas en juliana muy fina en una cazuela con aceite de oliva durante 10 o 15 minutos hasta que tomen color, a fuego no muy alto.
2. Sazonar con sal y si queréis un poco de pimienta negra.
3. Añadir el caldo y cocer a fuego lento 30 minutos aproximadamente y comprobamos que está bien de sal.
4. Colocar la sopa en cuencos que puedan ir al horno.
5. En cada cuenco ponemos una rebanada de pan que se empapará con la sopa enseguida.
6. Espolvorear con queso rallado abundante y gratinar en el horno hasta que el queso esté derretido y dorado.
Espero que os haya gustado, y mucho cuidadito que quema una barbaridad!
¡Que tengáis un buen día!