Hoy os traigo una receta tradicional, de las de toda la vida y que conozco desde bien pequeña al igual que creo que os pasará a vosotros.
Normalmente se dejan los trozos de cebolla en la sopa pero a mí no me gustan nada, así que al igual que las sopas de ajo, que yo las tomo trituradas (como podéis ver en esta receta), estas también la trituro y consigo este resultado
Ingredientes (3 personas)
3 cebollas grandes
1 diente de ajo
1 litro de caldo de pollo
sal al gusto
rebanadas de pan tostado
queso de gratinar
Preparación
En una sartén pochamos la cebolla y el ajo con el aceite y un poquito de sal para que la cebolla sude y se poche. A continuación simplemente añado el caldo de pollo y cocinamos conjuntamente hasta que reduzca. Para emplatar el plato, lo habitual es poner una rebanada de pan, añadir queso de gratinar por encima, y gratinar todo conjuntamente.
Sinceramente, a mí el pan en la sopa no me gusta, pero se crea una costra por encima gracias al queso que me encanta, y de esta manera sí lo admito