Una buena tabla junto con unos buenos cuchillos son parte fundamental del menaje para cocinar. Tradicionalmente, las tablas de madera han formado parte de nuestras cocinas pero a nivel higiénico-sanitario son un nido de bacterias. La madera es porosa y es imposible limpiarlas y desinfectarlas bien.
A mi me gustan mucho por el tacto que tienen, así que me resistía a cambiarlas (¡y sigo viva!) pero el hecho de que mi marido trabaje en seguridad alimentaria y controles de calidad tiene alguna pega que otra... Ya os he comentado alguna vez que la casquería y los productos adobados están prohibidos en esta casa....
En "Directo al Paladar" tienen un artículo estupendo sobre los motivos para elegir tablas de madera o de otro material.
En nuestro caso, nos hemos decantado por unas láminas de plástico flexible de "Tescoma".
Yo era reticente a comprarlas, la verdad; no creía que fuese a ser cómo algo tan fino. Como el precio es bajo (unos 10€ por tres tablas) pensé que si no me gustaba la pérdida no iba a ser importante.
Después de utilizarlas durante un mes puedo hacer una valoración positiva. Estas tablas tienen dos caras diferentes: por un lado son lisas y por el otro, rugosas. El lado rugoso se pone en contacto con la encimera e impide que la tabla se mueva.
Son flexibles, por lo que podemos doblarlas para echar en la sartén lo que hayamos picado de manera que no se caiga nada.
Se pueden lavar en el lavavajillas, lo que nos facilita el trabajo.
Y, por último, ocupan muy poco sitio.
De momento, solo encuentro ventajas.
¿Qué tipo de tabla utilizas tu?