Aprendí a prepararlo gracias a mi tía materna, no recuerdo bien cuándo pero seguramente alguno de los muchos días que fui a su casa para que me ayudara con los estudios estando todavía en el instituto, y como veréis no es nada difícil de preparar.
Ingredientes (para 2 personas):
2 filetes de bacalao
Ajo, aceite y cayena
Preparación:
Trocea los filetes de bacalo.
En una sartén, o cazuela de barro mejor, se pone a calentar el aceite con una cayena. Se laminan unos ajos, se fríen en él y se reservan. Se pone el bacalao a confitar y, mientras se hace, se va moviendo la cazuela para que el aceite emulsione con la gelatina que suelta el bacalao.
Cuando esté listo se adorna con los ajos que habíamos guardado y... ¡a disfrutar!
Curiosidades y consejos:
Este plato es una receta típica de la cocina vasca.
El bacalao puede ser en salazón, que deberás desalar antes, o fresco como el que yo he utilizado.
De la cantidad de aceite que pongas dependerá la cantidad de salsa que te salga y yo, la verdad, cada vez intento poner menos porque es peligrosa... El plato tiene un alto contenido calórico, ya no solamente por la cantidad de aceite que lleva, que también, sino porque empiezas a mojar y no ves fin. Yo en una ocasión preparé para dos días y al final me comí todo en el momento (medio bacalao y una barra entera de pan). Todavía me pesa...
El uso de la cayena es opcional, si no te gusta la comida con un regustito picante puedes omitirla.
¡Ah! Y la sal no se me ha olvidado, es que normalmente no hace falta añadir porque suele resultar sabrosón de serie. No obstante si te pareciera soso añade un poco.