Este bizcocho lo preparé después de que me regalaran el libro La Biblia de los Pasteles, luego tuve que buscar el molde, que eso si lo encontré por casualidad en una tienda de aquí de Jerez, ese día no iba pensando en comprar, pero lo vi allí tan mono y también de precio que no pude resistirme.
Este molde no hace falta engrasarlo, usarlo tal cual.
Es un bizcocho que al llevar solo claras y nada de grasa queda muy suave y ligero, eso si lleva mucha azúcar pero no queda nada empalagoso.
Hacía mucho tiempo que lo tenía por publicar, y ya le tocó, si os animáis a hacerlo comprobaréis que se deshace en la boca, hace honor a su nombre un pastel de ángel.
Ingredientes:
40 grs. de cacao, yo usé Valor.
60 grs. de agua hirviendo.
8 grs. de aroma de vainilla.
100 grs. de harina.
480 grs. de claras.
1/2 cucharadita de sal.
2 cucharaditas de crémor tártaro.
Elaboración:
Mezclamos el cacao con el agua hirviendo, batimos y añadimos la vainilla.
En un cuenco grande mezclamos la harina con 200 grs. de azúcar y la sal.
En un bol batimos las claras hasta que estén espumosas, en este momento añadimos el crémor tártaro.
Seguimos batiendo y vamos echando poco a poco el azúcar restante, hasta que salgan picos suaves.
Sacamos un vaso mas o menos de las claras batidas y las echamos sobre la mezcla de cacao.
Tamizamos la harina sobre el resto de las claras poco a poco muy suavemente.
Por último echamos la mezcla de cacao sobre las claras con la harina y vertemos en el molde.
Cocemos en el horno a 160 grados durante unos 40 minutos o hasta que la aguja salga limpia.
Una vez fuera del horno hay que dejarlo enfriar en el molde metiendo el tubo de este por el cuello de una botella para que quede suspendido en el aire, o si no ha subido demasiado dejarlo enfriar en el molde sobre sus patitas por lo menos una hora y media.
Después pasar un cuchillo afilado por los bordes y sacarlo con cuidado.
Lo podéis cubrir de una crema de chocolate como hice yo o simplemente comerlo tal cual. Espero que os guste.