Ya te conté que una cosa que me gusta mucho, mucho, es compartir un gin tonic y una conversación. Para el gin tonic soy un poco exigente pero para la conversalo soy más. Y así, me gusta reunirme pero no más de tres (lo ideal) o cuatro personas, sino? pierdo el hilo, el ritmo, la cadencia, la entonación (vamos, que me ausento de la misma). Normalmente dejamos que los temas de nuestras conversaciones vayan de lo divino a lo doméstico y de lo humano a lo ideal, con un 85 % de buen humor, si no, mejor apaga y vámonos!! Uno de estos ratos placenteros lo pasé hace poco con un par de amigas, esta vez decidimos que cada una escribiría una palabra en un papel, luego doblaríamos el papel y le pediríamos a ?una mano inocente? (el camarero) que cogiera uno de los papelitos, ese sería nuestro tema. La palabra elegida fue boca. De ese buen rato, recuerdo que derivando, derivando llegamos a la conclusión de que hay bocas que sugieren estar esperando dar un bocado y que por la misma espera hay bocados divinos y los hay prohibidos; que incluso hay bocados que por lo divinos deberían estar prohibidos y por la misma inexistente ley, hay bocados prohibidos que son divinos. Que hay bocas que nunca llegarán a dar un bocado (soñado o no) y hay bocados que te harán soñar toda la vida. Hoy también he estado de conversación, pero por la mañana y sin gin tonic, lo cual viene a decir que ha sido conmigo misma y al final de la misma, me he propuesto hacer un bocado divino que no esté prohibido. Para los prohibidos? tu decides!!
ANGEL FOOD CAKE
Ingredientes:
Este es el aparato de McGiver para cortar los huevos
6 claras de huevo.
2 c.c de Cremor tártaro.
Pizca de sal.
200 grs de azúcar.
80 grs de harina (todo uso)
½ c.c Esencia, aroma?al gusto.
Cobertura:
120 grs Chocolate blanco para cobertura.
2 c.s de leche.
Decoración:
Virutas de coco fresco y fresas.
Elaboración:
Poner las claras junto con el crémor tártaro y la sal en un bol y con ayuda de las varillas eléctricas montar a velocidad baja un par de minutos (hasta que el crémor esté completamente disuelto) luego subimos la velocidad y seguimos montando hasta que tenemos un punto de nieve consistente, momento en el que empezamos a añadir el azúcar poco a poco, cuando el azúcar esté completamente integrado subimos otro poquito la velocidad y seguimos batiendo hasta que el conjunto esté firme, firme. Bajamos la velocidad al mínimo y vamos añadiendo poco a poco la harina tamizada, dejando que se integre bien antes de añadir más.
Una vez que tenemos todo bien mezclado, añadimos la esencia elegida ( yo puse una que me habían regalado de Kiwi y frambuesa, para que contrastara un poco con el coco)y mezclamos con la espátula.
Encendemos el horno a 170º.
Vertemos la mezcla en el molde y cocemos unos 25 minutos a 160-170º.
Una vez cocido, dejamos que se enfríe totalmente. Lo sacamos del molde y le damos la vuelta.
Preparamos la cobertura calentando la leche con el chocolate a fuego muy, muy suave o en el microondas (a potencia baja) controlando que no se queme y con esto cubrimos nuestro Angel Food (o bocado divino no prohibido), rematamos la jugada con unas virutas de coco fresco o seco.
Nota: Si el coco es seco (rallado) puedes tostar las virutas en una sartén sin aceite al fuego, quedarán de un bonito color dorado y mucho más aromático.
Y como decía el poeta, yo te digo:
Boca que arrastra mi boca.
Boca que me has arrastrado:
boca que vienes de lejos
a iluminarme de rayos...
...Boca que desenterraste
el amanecer más claro
con tu lengua. Tres palabras,
tres fuegos has heredado:
vida, muerte, amor. Ahí quedan
escritas sobre tus labios.