Este bizcocho fue el elegido este año para elaborar el pastel de cumpleaños de mi marido.
Te diré de antemano que no es el bizcocho ideal como base de pasteles, sobre todo si quieres conseguir altura. Es más para comerlo tal cual pero por ello no se merece descartarlo ya que lo volveré a hacer. Te explico...
Su textura es parecida al bizcocho genovés pero cuando asienta me recordó bastante a la tradicional tarta de queso que puedes encontrar en la nevera del super, será por el aporte del yogur griego y el limón, que hacen que adquiera una textura parecida pero no húmeda. Lo podrás ver en las imágenes.
Quería que destacara el cítrico y lo conseguí, sin que por ello dejara de quedar dulce.
No sube en exceso, y necesitaba un pastel alto, por eso hice dos bizcochos (o sea 4 capas, el resultado de la imagen de arriba es el de un bizcocho repartido en dos moldes). Así tuve la oportunidad de probarlo con y sin gasificante, y con uno o dos yogures, también probé a hornearlo en uno o dos moldes.
La verdad que casi no se aprecia en sabor, y un pelín solo en la miga puesto que siempre queda un poco más esponjoso con gasificante. El bizcocho de las imágenes es SIN GASIFICANTE, CON UN YOGUR Y REPARTIDO EN DOS MOLDES. Yo lo prefiero sin gasificante ya que siempre me sale la aspereza en el paladar y este bizcocho ya es bastante intenso por el aporte de limón.
Como base de un pastel elegiría un solo molde para que quedara más uniforme ya que al repartirlo en dos moldes, quedarán diferentes. Para elaborar el pastel tuve que recortar los bordes para que quedaran parejos. También te digo que si el pastel llevara cobertura, esto no sería un problema ya que no se vería.
A la hora de hornear deberás tener paciencia y no hornearlo a temperatura muy elevada porque si no se agrietará (como me ocurrió a mí). Nunca abras la puerta del horno antes de los primeros 20/25 MINUTOS ¡Regla de oro para todos los bizcochos!
Y lo mejor es dejarlo los últimos 10 MINUTOS (yo no lo hice) dentro del horno apagado y con la puerta del horno entreabierta para que termine de cocerse por dentro (si se tuesta en exceso pon papel de aluminio en la superficie). Este tipo de bizcochos como los que llevan queso, les cuesta un poco cocerse por dentro, y tienden a bajar, es normal. Por eso es ideal para comer tal cual y quizás no es el bizcocho perfecto para pasteles aunque yo lo eligiera en esta ocasión.
Con todo lo que te he explicado, debo decirte que el resultado me encantó. Conseguí un sencillo bizcocho, de un intensísimo sabor a limón. Toda una delicia para el paladar y que volveré a hacer.
Es ideal como base o acompañamiento de postres, o en meriendas. Te advierto que no durará mucho en la tartera.
3 huevos L
190 gr. de azúcar blanquilla
150 gr. de harina de repostería
125 ml. de yogur griego azucarado
ralladura de un limón grande (sin la parte blanca)
el zumo de un limón grande (unos 50 ml) Si no te gusta muy fuerte, pon la mitad.
No lleva ni mantequilla, ni aceite, ni impulsor
una pizca de sal
utilicé un molde de 16 cm de diámetro
Divide el azúcar en dos cuencos y reserva.
Elige uno o moldes que no sean de silicona y forra la base con papel vegetal, también las paredes, o úntalas con spray antiadherente. Reserva.
Tamiza la harina y reserva.
Separa las claras de las yemas. Reserva las claras en un bol.
Añade las yemas con la mitad del azúcar a un bol. Utiliza una batidora con el gancho de varillas y bate hasta que la masa aclare y doble en volumen.
Una vez consigas montar las yemas (una crema clarita y con volumen) incorpora el yogur griego junto con la ralladura y zumo de limón, integra bien con una espátula de silicona, y mezcla con movimientos envolventes.
A continuación añade al bol reservado con la harina la mezcla anterior. Mezcla con una espátula de silicona hasta integrar por completo los ingredientes y que no queden grumos. Este paso es importante para no encontrar restos de harina en el bizcocho. Reserva.
Precalienta el horno a 175ºC, calor arriba y abajo, sin ventilador.
Lava y seca con papel de cocina las varillas y agrega a un bol las claras y la otra mitad de azúcar reservada junto con la pizca de sal. Bate alrededor de 5/7 MINUTOS. Deberás conseguir que las claras se monten por completo.
Debes conseguir dar la vuelta al bol y que las claras no se muevan, de esta manera sabrás que están bien montadas.
A continuación, incorpora las claras montadas en dos veces al bol que tenías reservado, y mezcla con movimientos envolventes.
Una vez integrados los ingredientes, incorpora la mezcla al molde o moldes donde lo vayas a hornear.
La primera vez lo hice en un molde y la segunda repartido en dos. Lo dejo a tu criterio pero ten presente que el tiempo de cocción variará. No tengas prisa. A los 25 MINUTOS de cocción si estuviera muy tostado en la superficie puedes poner una hoja de papel de aluminio para evitar que se queme.
Con ayuda de una cuchara, reparte bien la masa para que quede uniforme.
Introduce en el horno, de tal manera que el molde quede a la altura central.
Hornea alrededor de 35/40 MINUTOS dependerá de cada horno y del tipo de molde/s que utilices. En mi caso medía 16 cm.
Comprueba con un palillo si la masa está cocida (deberá salir limpio) y retira del horno.
Deja reposar sobre una rejilla 10 MINUTOS. A continuación, ayúdate de una espátula para despegar el bizcocho de las paredes del molde. Desmolda con cuidado de que no se rompa, y retira el papel vegetal de la base.
Deja enfriar por completo sobre la rejilla.