Buenos días, ¿cómo ha ido la semana?
Aquí ha sido un poco rara, el martes fue festivo, igual que el viernes por lo que he tenido otro horario en la tienda, pero bueno me ha venido bien porque he tenido más tiempo libre por la tarde y es que llevo unos días de lo más productivos.
Así que tenéis recetas para rato porque me ha dado por hornear y preparar cosas nuevas para el blog y hay que aprovechar estas rachas de inspiración porque con esto de la cuarentena parece que todos pasamos por mil emociones en un mismo día.
La inspiración me duró poco, la entrada la comencé a escribir el miércoles y hasta el domingo no he sido capaz de terminarla.
Con la receta de hoy vuelvo a mis orígenes reposteriles ya que como muchas comencé haciendo bizcochos de yogur y durante mucho tiempo era prácticamente lo único que hacía dentro de la cocina. Ya os he contado alguna vez que hasta que tuve 17 años no aprendí a cocinar así que mucho menos a hornear.
En el blog tenéis la receta del Bizcocho de Yogur Sin Lactosa y Sirope de Agave, pero me faltaba su versión vegana.
Nunca he sido de comer muchos yogures así que no había investigado en el tema de yogures vegetales, la mayoría de soja me saben muy fuertes o demasiado dulces, pero hace poco descubrí los de Alpro de arándanos y los de frambuesa y me han encantado. Para esta receta he usado el de arándanos, de ahí el color un poco raro de la miga, pero podéis usar el yogur que más os guste. Si no tiene sabor os recomiendo añadir alguna esencia o ralladura de limón o naranja.
Ingredientes
1 yogur (el que prefiráis)
La medida de tres vasos del yogur de harina (240g)
2 vasos de azúcar (230 g)
1 vaso y medio de bebida vegetal (130 g)
1 vaso de aceite (90 g)
1 sobre de gaseosa o de levadura química
Precalentamos el horno a 180º.
En un bol mezclamos el yogur y el azúcar.
Añadimos el aceite y la bebida vegetal.
Por último incorporamos la harina previamente tamizada junto a la gaseosa o la levadura.
Removemos bien hasta tener una masa homogénea.
Repartimos la masa en nuestro molde previamente engrasado.
Horneamos 30-40 minutos. Hasta que al pincharlo el palillo salga limpio.
Una vez esté frío desmoldamos y decoramos.
Feliz semana :)
Fuente: este post proviene de Repostería Tximeleta, donde puedes consultar el contenido original.
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