Su variedad de texturas y sabores las hace únicas, pudiendo siempre encontrar una uva adecuada para acompañar un plato frío o caliente.
Por supuesto, la producción de vino a través de su fermentación era otra razón más para considerarla un importante bien económico.
Las ánforas de vino viajaban a través de todas las rutas comerciales para servirse en las mejores mesas, pero fue en Grecia donde se popularizó y hasta se le asignó un dios propio, Dioniso.
El vino griego y romano era tan denso que necesitaba aguarse para poderse beber sin temor a una intoxicación etílica. Sólo se tomaba en estado puro en libaciones a los dioses, ritos funerarios o unas ceremonias religiosas especiales cuyo fin era llegar a la “divina posesión”, pues creían que Dioniso entablaba contacto con ellos en ese estado de embriaguez.
Ingredientes para 4 personas
12 uvas blancas
200 gr de queso camembert
200 gr de membrillo
Coulis
250 gr de frambuesas congeladas
50 gr de azúcar
1 limón
Utensilios
Escurridor
Tabla de cortar
Cuchillo
Cuchara de madera
Brochetas
Cazo pequeño
Platos
Colador de tela
Jarrita para servir el coulis
Preparación
Brochetas
Escoger doce uvas medianas, lavarlas y dejarlas escurrir.
Mientras tanto, cortamos el queso en cuadrados de tamaño aproximado a las uvas.
Con el membrillo haremos pequeñas estrellas de tamaño parecido al del queso
Pincharemos las uvas, el membrillo y el queso en las brochetas alternándolos entre ellos.
Al tener distintas formas los elementos de las brochetas quedarán más vistosas y originales.
Coulis
Se pueden usar frambuesas congeladas o frescas.
Exprimiremos el limón para usar su zumo.
En un pequeño cacito coceremos durante unos minutos las frambuesas junto con el azúcar y el zumo del limón.
Cuando ya estén las frambuesas blandas, las trituraremos y las colaremos para que la textura sea lo más fina posible. Para ello utilizaremos un colador de tela.
Presentaremos las brochetas con un poco del coulis decorando el plato y el resto en una jarrita para que cada uno de los comensales se sirva a su gusto.
Consejos
Se pueden combinar distintas clases de uvas, blancas y negras, blancas y rojas, incluso se pueden utilizar uvas pasas.
También se pueden sustituir las uvas por cualquier otra fruta que nos guste y el camembert por otro queso. Lo importante es que la mezcla de sabores se complementen.
Se conservan únicamente 2 días en nevera y no se puede congelar.