Alfon es un asturiano, nacido en Mieres, tierra minera y representativa de les Asturies donde las haya. Por cosas de la vida ha acabado viviendo en Cáceres desde hace ya más de 15 años, pero nunca ha olvidado sus lazos con las tierras del norte, donde todavía vive gran parte de su familia, y menos aún la cocina asturiana.
Hoy nos trae un dulce que nunca falta en las reuniones familiares: les casadielles. Son una especie de empanadillas dulces con un relleno de nuez y anís, típicas precisamente de estas fechas, de los Carnavales, aunque tampoco fallan en Navidades y demás fiestas. Son un postre sencillo y con muchísimo sabor y ya si os atrevéis a hincarle el diente recién hechas y calentitas, ¡no os queremos contar lo que pasa!
¿Qué necesito?
Para la masa:
1 vaso de agua templada
1 vaso de aceite de oliva suave
8 gr. de levadura en polvo
1 cucharadita de sal
1/2 cucharadita de azúcar
harina: la que admita
Para el relleno:
250 gr. de nueces
1 huevo
130 gr. de azúcar blanco
40 ml. de anís
Para freír las casadielles:
aceite de girasol
azúcar glas (para espolvorear)
¿Cómo lo hago?
Para preparar la masa, comenzamos por introducir en un bol el agua tibia junto con el aceite de oliva, la sal y el azúcar. Mezclamos todo con ayuda de la batidora eléctrica hasta emulsionar todos los ingredientes y obtener un líquido blanco. Añadir la levadura en polvo y volver a batir.
Ahora hay que incorporar la harina poco a poco y remover desde el centro del bol con ayuda de una cuchara de madera, por ejemplo, hasta que se forme una bola. Tendréis que añadir harina precisamente hasta conseguir una bola que se despegue del bol. Se coloca la bola de masa sobre una superficie enharinada y se amasa brevemente. Guardamos la masa en un bol cubierto con un paño en el frigorífico entre 1 y 2 horas.
Mientras tanto vamos a preparar el relleno. Trituramos la nuez (o compramos directamente nuez molida) y la mezclamos con el azúcar, el anís y el huevo batido. Podemos ayudarnos de los dedos y amasar un poco la mezcla.
Para preparar las casadielles, se estira muy bien la masa sobre una superficie enharinada con ayuda del rodillo y cortamos con un cuchillo rectángulos. Colocamos el relleno sobre cada una de ellas, enrollamos, cortamos la masa sobrante en cada lado y sellamos con ayuda de un tenedor.
Ahora solo queda freírlas en abundante aceite de girasol, que debe estar bien caliente, y servir espolvoreadas de azúcar glas.
¡Bon provechu!