Gracias a sus niveles de polifenoles, el mate posee una capacidad antioxidante que retrasa el envejecimiento de las células, igualmente, la presencia de componentes como cafeína y teofilina hacen de esta sustancia un excelente energizante natural. Sin embargo, su preparación suele ser un poco confusa, pues requiere implementos específicos para llevarse a cabo y obtener los resultados deseados en cuanto a sabor y consistencia.
Para preparar un mate, coloca a calentar en una tetera o cacerola, al menos medio litro de agua que, aunque debe alcanzar una temperatura alta, nunca debe llegar a punto de ebullición. Se recomienda calentar hasta los 80° C y luego reservar en un termo para que conserve el calor. Tras esto, agrega 5 cucharadas de yerba mate en un matero (también llamado mate por la bebida), que es un recipiente usualmente de arcilla o barro cocido, tapa y voltea de cabeza, batiendo levemente para que el polvillo de la hierba se desprenda.
Con el matero inclinado un poco, presiona la hierba hacia un lado para dejar el otro más libre e introduce la bombilla, instrumento utilizado para beber el mate; este debe presionarse contra la hierba y dejarse quieto en el sitio para no revolver la infusión. En el lado libre con la bombilla, vierte un chorrito de agua, espera que la hierba la absorba y agrega otro chorrito; repite este proceso hasta llevar todo el matero. Recuerda no mover la bombilla ni escarbar el fondo del recipiente para no alterar al sabor del mate, aunque puedes agregar azúcar o miel para endulzar a gusto.
Acabas de ver que la forma tradicional de cómo preparar mate es bastante sencilla, en poco tiempo disfrutarás de un delicioso mate.