En esta ocasión os voy a hablar sobre la conserva de tomate. Mi marido planta bastantes, para comer frescos y para hacer conserva, ya que es la que mas nos gusta en casa. En mi nevera siempre hay una sopera con tomate frito, a mis hijos les encanta.
Actualmente hay varios métodos para hacer la conserva de tomate, yo me parece que los uso todos. Os diré como la hago.
Método 1 (tomates naturales, conserva al baño maría):Se pelan y se trocean los tomates maduros en trozos de tamaño mediano-pequeño. Se ponen en tarros de cristal que se llenan casi hasta arriba, se tapan bien y se meten al baño maría, cubiertos totalmente de agua. Hervir de 20 a 30 minutos y listo.
Método 2 (sofrito de tomate, conserva al baño maría):
En una asadera grande se pone el tomate ya pelado y troceado, se condimenta al gusto y se fríe como cuando lo vas a usar para cualquier comida. Cuando lo tienes frito lo metes la batidora (opcional, yo lo hago así). Lo pones en botes de cristal, se tapan bien y se meten al baño maría, cubiertos totalmente de agua. Hervir de 5 a 8 minutos, al estar frito no le hace falta más tiempo.
Método 3 (tomate congelado):
Este método es el más sencillo, lo que pasa es que tienes que tener un congelador bien hermoso. Aquí, solo tienes que pelar el tomate, cortarlo a tu gusto y ponerlo en bolsas para congelador. A mi es el método que mas me gusta, ya que el tomate sale mas natural, tiene mejor sabor. Solo hay que tener en cuenta que hay que sacarlo con tiempo para que se descongele. Yo lo saco el día de antes y listo.
Os hare un poco de historia sobre la conserva de tomate. Hace años recuerdo que mi madre como no había botes de cristal hacia la conserva en botellas y con polvos. Era un preparado que vendían, no se si lo siguen haciendo todavía, para ello. Yo le ayudaba a llenar las botellas, me gustaba. Había que hacerlo con un embudo y si se atascaba, había que empujar con un palo o varilla. Una vez llenas, había que dejar un poco de espacio, se echaba aceite encima y se tapaban.