De esta manera tendremos tomate en conserva de calidad con sabor, todo el invierno. Así que cuando veas tomates rojos y jugosos y en su punto de maduración, compra el doble de lo normal y embota unos cuantos, que no cuesta trabajo.
2 kilos de tomates maduros, bien lavados, en mi caso usé unos tomates de pera fantásticos
Agua
Botes para la conserva
Cariño
En una olla, ponemos agua abundante a hervir y cuando esto ocurra, metemos los tomates con una corte superficial en el culo dentro y los escaldamos unos 3 minutos. Apagamos la candela y dejamos reposar una ½ hora dentro del agua caliente.
Los botes los habremos lavado a conciencia. Sacaremos los tomates del agua y con cuidado de no quemarnos, los pelaremos e iremos metiendo en los botes, apretando un poco, para eliminar el aire. Rellenaremos finalmente con el jugo de los tomates que hemos pelado y si nos falta algo de líquido, añadimos un poquito del agua de haber escaldado los tomates, ya que esta tiene sabor. No llenar del todo, ya que el líquido al hervir dilataría y estallaría el bote. Dejad un poquito de aire, un poquito, como en la foto.
Cerramos, pero no con fuerza y metemos en el agua del escaldado, cubriendo los botes como por la mitad, dejando hervir por unos 17 ó 18 minutos. Sacaremos con cuidado y apretaremos las tapas. Pondremos boca abajo y dejaremos enfriar.
Etiquetaremos, pondremos la fecha y dejaremos en sitio lo más oscuro y fresco posible. Muy, muy sencillo.