Acabamos de regresar del pueblo y nos hemos traído unos tomates recien cogidos de la mata. Ya sé que se pueden comprar todo el año, pero nada como cogerlos en temporada y a muy buen precio. Además estos nos los ha regalado mi tío David y cultivados por él mismo. Esto no tiene precio!
Son muchas las propiedades del tomate y también son muchas las maneras de consumirlo. Para esta entrada he elegido el tomate frito que uso para condimentar pasta, arroz o para usar en el sofrito. El tomate frito es un indispensable en la cocina y, si elaboramos nosotros mismos, podemos hacerlo a nuestro gusto. En casa nos gusta más el tomate casero, pero reconozco que el tomate frito comercial tiene la ventaja de estar siempre a punto de consumir y a muchos niños les gusta más que el casero. Los míos, como no tienen opción, siempre lo comen hecho en casa porque suelo hacer conserva de tomate frito. Hay que animarse a hacerlo y así lo tenemos siempre en nuestra despensa porque, como todo, requiere su tiempo y eso es lo que precisamente no tienen muchos padres hoy en día.Receta para elaborar el tomate frito
INGREDIENTES:
2 Kg de tomates frescos
500 g de cebolla
dos dientes de ajo
una ramita de perejil
sal
aceite de oliva virgen extra
azúcar
un bote de tomate frito (opcional)
ELABORACIÓN
Para comenzar, pondremos agua a hervir y escaldaremos los tomates durante un minuto. Iremos escaldando y reservando para luego pelarlos. Una vez fríos ya se pueden pelar con facilidad. Reservamos.
En una sartén pondremos abundante aceite de oliva y pocharemos la cebolla. Luego añadimos el ajo y el perejil cortaditos y dejamos que empiece a dorarse. A continuación añadimos el tomate pelado, una cucharadita de postre rasa de azúcar y sal a gusto. Dejamos que se haga a fuego lento, que hierva sin salpicar, muy poquito a poco. Si nos hierve a fuego vivo, se quema nuestro guiso y ADIÓS A NUESTRO TOMATE, A NUESTRA CONSERVA Y A LA SARTÉN. Así que mucho cuidado a esta parte de la receta. Yo suelo dejarlo de hora a hora y media o hasta que espese porque tiene que reducir bastante.
Una vez templado, lo pasamos por la batidora y luego colamos con el chino para quitar las semillas (a los niños les molestan mucho) y, como suele quedar de color anaranjado, le añado un bote de tomate frito del corriente y así mejora el color. Si no os importa el color naranja, mucho mejor no añadirlo. Este es sólo un truco estético porque aquí no mejoramos el sabor, pero como tampoco lo empeora, a mí me gusta más así.
Ahora es el momento de colocarlo en botes. Yo elijo botes de 200 cc porque es la cantidad que suelo gastar y, si me sobra algo en el bote, lo consumo pronto. El tamaño del bote también es a la elección de cada uno, pero los botes grandes si nos quedan abiertos se nos puede estropear más. Así que prefiero abrir más de un bote cuando necesito más, que arriesgarme a que se estropee.
Como todas las conservas, lavamos bien botes y tapas, llenamos hasta hasta dos centimetros del borde con nuestro tomate frito y los cerramos bien. Se coloca un paño de algodón en el fondo de la olla, se colocan los botes encima lo más juntitos posible y se llena de agua hasta unos dos centrímetros por debajo de la tapa y se cierra la olla.. Los suelo hervir en la olla a presión drante 25 minutos, pero puede hacerse en cualquier olla y dejarlos hirviendo una hora u hora y media. Luego, ya podemos sacar los botes con cuidado a no quemarnos y los vamos dejando en un paño seco encima del mármol para que se enfríen y poder comprobar que se ha hecho el vacío.
Una vez fríos comprobamos que todas las tapas se han hundido un poquito y eso indica que se nos han cerrado bien.
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