En casa somos un poco hormiguitas. En verano acaparamos con vistas al invierno. Nuestra madre ya lo hacía. Conservaba todo lo que podía porque la vida en un pueblo es dura cuando empiezan los primeros fríos. Una conserva clásica es la de tomate. Nosotras siempre la hacemos poniendo un chorro de aceite, pero hay quién lo prefiere sin. En cuanto a la variedad de tomates para hacer conserva uno de los mejores o que al menos nos da mejor resultado es el llamado de pera. Es aromático, tiene la piel lisa y fina, poca semilla y es de pulpa muy carnosa. Con poco trabajo se obtiene mucho rendimiento. El tomate de pera no se encuentra en todas partes y entonces hay que optar por otras variedades. En las fotos hemos puesto los tomates clásicos, redondos, ideales para ensaladas; los cherry, que se comen como si fuesen cerezas; los de rama o de colgar, que sirven para untar el pan; o los Andine Cornue, que tienen forma de pimiento.
RECETA
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INGREDIENTES
Tomates bien maduros
Aceite
Sal
Azúcar
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PREPARACIÓN
Escaldar los tomates en agua hirviendo durante un minuto y a continuación ponerlos en agua fría.
Pelar los tomates y cortarlos por la mitad.
Estrujarlos con la mano para eliminar el jugo y las pepitas.
Ponerlos en una cazuela con un buen chorro de aceite, azúcar y sal al gusto. Dar vueltas de vez en cuando con una cuchara de madera para evitar que se pegue. Dejar hervir hasta que la salsa espese. Triturar con el pasapurés o con la máquina específica para hacer tomate.
Esperar que baje la temperatura para envasar en botes esterilizados.
Poner los botes a hervir en una olla exprés cubiertos de agua durante una media hora aproximadamente.
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CONSEJOS
Existen máquinas manuales o eléctricas que facilitan el trabajo eliminando la piel y las pepitas. Nosotras hemos utilizado una de ellas.
No conviene triturarle tomate con la batidora porque, al meter aire, cambia de color del tomate adquiriendo un tono anaranjado nada apetecible.