Siempre me gusta tener salsa de tomate casera a mano para utilizarla en cualquier momento, pero me da pereza tener que hacerla cada triqui-traque y entonces la compro para utilizarla siempre que necesito tomate, pero no sabe igual, y no quedan los platos como yo quiero.
Por eso, hoy que vi una oferta de tomates en la tienda de mi barrio, decidí hacer mucha cantidad y tenerla conservada durante un buen tiempo.
INGREDIENTES
Salsa de tomate casera
Tarros de cristal medianos
Cazuela alta y ancha
Agua
PREPARACIÓN
La receta de salsa de tomate ya la he subido, por lo que no voy a dar explicaciones. Solo voy a exponer cómo hacer las conservas.
Lo primero que vamos a hacer es lavar bien los tarros y sus tapas; las ponemos a secar boca a bajo, sobre un trapo seco y limpio.
La salsa debe estar caliente, no debemos dejar que temple.
Rellenamos los botes dejando un dedo sin cubrir (por donde marca la rosca de la tapa). Tapamos con toda la fuerza que podamos.
Ponemos los tarros en la cazuela y los cubrimos del todo, hasta que los sobrepasa un dedo o dos. Calentamos a fuego fuerte y cuando rompa a hervir, bajamos a fuego medio y dejamos cocer durante 45 minutos.
Transcurrido ese tiempo, dejamos templar en la olla. Después los sacamos y ponemos sobre un trapo boca a bajo durante media hora o más.
Si vemos que por dentro hay algo de agua o se ha salido la salsa por la tapa, debemos utilizar esos botes pronto, pues no han hecho el vacío adecuado para conservar. Los guardamos en el frigorífico y los usamos en los días siguientes, como cualquier salsa.
El resto, escribimos la fecha de conservación y los guardamos en un lugar seco y fresco.
CONSEJOS ÚTILES
Otra forma más cómoda de conservar la salsa es ponerla en un táper o un envase de plástico y congelarlo. Poniendo el nombre y la fecha, para nuestra comodidad.