Una vez a la semana, al recoger los niños del colegio nos vamos a merendar a una cafetería muy bonita y cuca que han abierto al lado de casa.
He de confesar que me encanta por su carisma y sobretodo porque tienen Muffins y Carrot Cake!!
Si, lo se, os estáis preguntando el porque si se hacerla voy a una cafetería a pedirme un trocito si en casa tengo la tarta entera. La respuesta es muy fácil, de vez en cuando me encanta que me horneen para mi jajaja y de paso conocemos y exploramos sitios nuevos, nuevos sabores, ideas y recetas.
Porque os cuento esto? pues por que en esta cafetería mi pequeño machote de 4 añitos siempre se pide la misma galleta: La grandota Cookie con Lacasitos.
La última vez que fuimos me pregunto con su lengua de trapo:
- Mami, por que no están estas galletas en casa?
Pues tiene razón!!! Si tanto le gustan porque no las hago?
Le pedí que me diera un trocito para probarla, mmmmm que deliciaaaaaa, el azúcar moreno se degustaba a leguas por su exquisito gusto tostadito.
Al llegar a casa me fui directa a la cocina y de allí os traigo la receta de hoy, Vamos allá!
Esta receta es muy sencilla de hacer, si tenéis pequeños en casa estarán encantados de ayudaros.
Pondremos a batir (con el accesorio pala no con las varillas) la mantequilla con el azúcar moreno y el azúcar blanco.
Cuando este bien mezclado añadir el huevo y volver a batir hasta que esté bien mezclado.
Añadir la cucharada de vainilla y seguir batiendo.
Es hora de la harina, bajaremos la velocidad a media e iremos incorporando la harina con el bicarbonato sódico hasta que veamos que se forma una pasta .
Ahora pondremos los lacasitos pero nos guardaremos un 10% de ellos para después.
Volvemos a batir despacito para que se repartan por la masa.
Refrigeraremos la masa unos 15-20 minutos.
Precalentamos el horno a 180ºC
Una vez enfriada la masa formaremos las galletas. Podéis darle las dimensiones que queráis lo único que tenéis que saber es que al llevar bicarbonato sódico estas galletas van a crecer con el calor del horno y se harán más grandes.
Coger un poco de masa y hacer una bola, pondremos la bola sobre el papel de cocina que hemos preparado sobre la bandeja del horno y con la mano bien abierta y plana aplastaremos la bola, si si, la aplastamos jejeje, de esta manera conseguimos la forma rustica tan característica.
Recordar dejar espacio entre ellas, que al crecer no se os peguen las unas a las otras.
Solo queda hornearlas a 180º unos 12 minutos o hasta que las veáis doraditas.
Dejarlas enfriar e por completo en la rejilla.
Ir con cuidado al manejarlas que son blanditas y se rompen fácilmente.
El olor se extenderá por toda vuestra casa, no os extrañe si algún vecino llama a vuestra casa.
Son ideales para merendar y desayunar, y si queréis hacerlas grandes será la mejor de las decisiones.
Estas galletas cuanto más grandes mejor.
Un buen vaso de leche, calentita o fría según la estación del año, es el complemento ideal para ellas, no necesitan nada más.
Son puro vicio y si no os lo creéis solo tenéis que ver la fotografía de aquí arriba, si si esa... así me encontré el plato cuando mi pequeño machote entro a la cocina, como si no me fuera a enterar jajajaja. Y yo no pude resistirme ha hacerle la fotografía para enseñároslo.
No os olvidéis de hacerlas, os encantarán.
Sabéis donde encontrarme?
Deja un comentario aquí abajo o escríbeme a cakepuntcom@gmail.com, estaré encantadísima de atenderte.
Mil besos dulces
Eva