Coca de San Juan
¡Feliz día a tod@s! Nos acercamos a la noche más mágica del año y que mejor que celebrarla con esta rica y tradicional coca de San Juan, con crema pastelera y piñones. Esta coca es un dulce tradicional catalán y de la zona de Levante, y ha sido versionada en muchas clases, desde ésta que os muestro hoy que es la clásica, hasta cocas de chocolate, rellenas, saladas…todo depende de cada uno. Yo he querido hacer esta típica de crema pastelera y piñones, que particularmente es la que más me gusta. Esta receta no es mía, es del gran panadero Xavier Barriga para el blog de María Lunarillos, con alguna pequeña modificación que he creído conveniente, ya sabéis que cada maestrillo tiene su librillo. Es una coca que no lleva masa madre pero os aseguro que queda blandita y jugosa durante al menos dos días, no puedo garantizaros más ¡porque en casa no ha aguantado tanto!
Ingredientes (para la masa de coca):
400 gramos de harina de fuerza
125 gramos de harina de trigo
125 ml de leche tibia
30 gramos de levadura fresca
3 huevos L
80 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
10 gramos de sal
90 gramos de azúcar
2 cucharadas de agua de azahar
Piñones
Fruta confitada (la típica que se usa en los roscones)
Ingredientes (crema pastelera):
250 ml de leche entera
2 yemas
80 gramos de azúcar
20 gramos de Maizena o almidón de maiz
1 vaina de vainilla o 2 cucharaditas de extracto o pasta de vainilla
Preparación:
Lo primero que haremos será preparar la crema pastelera. En un cazo, ponemos la leche junto con la vaina de vainilla (abierta y vaciada de pepitas, que habremos agregado también a la leche) o en su defecto el extracto o pasta. Llevamos a ebullición a fuego medio.
Mientras llega a hervir, batimos las yemas junto con el azúcar y la Maizena, hasta que blanqueen un poco.
Cuando hierva la leche, retiramos la vaina de vainilla y la vertemos sobre la mezcla de yemas, sin parar de remover para que no cuajen.
Volvemos a verter la mezcla completa sobre el cazo y llevamos al fuego medio, sin parar de remover, hasta que espese, esto será unos 5-7 minutos.
Retiramos del fuego y vertemos en un recipiente de cristal e inmediatamente tapamos con un film transparente a piel (esto significa que no lo pongamos por encima del recipiente, sino tocando la misma crema, para que al enfriar no haga costra). Enfriamos a temperatura ambiente y guardamos en la nevera un mínimo de 2 horas (yo la hice el día de antes).
Ahora es momento de preparar la masa de nuestra coca. Vertemos todos los ingredientes excepto la mantequilla en el vaso de nuestro robot amasador (se puede hacer a mano, pero ya sabéis, paciencia) y amasamos durante 10 minutos. Dejamos reposar otros 10 minutos.
Volvemos a amasar y vamos agregando muy de poco en poco cubitos de la mantequilla a temperatura ambiente. No agreguéis el siguiente trocito si no se ha integrado el anterior correctamente. Seguimos amasando durante al menos 20-30 minutos, en tandas de 5 minutos de amasado y 5 de reposo, hasta que tengamos una masa fina, elástica y brillante. No dejéis de amasar hasta que lo consigáis, os aseguro que en el amasado está el secreto.
Una vez lista la masa, hacemos una bola con ella y la ponemos en un bol engrasado y tapamos con film. Dejamos doblar el volumen, en mi caso fueron 2 horas y media.
Una vez hecho el primer levado, ponemos la masa sobre un papel de horno y una tabla de madera, y vamos sacando el aire, clavando las yemas de los dedos para que nuestra masa se «relaje». Damos la forma que queremos con ayuda de un rodillo, la podemos hacer ovalada o cuadrada, del tamaño de nuestra bandeja de horno. Si veis que la masa «no se deja» estirar, solo tenéis que dejarla 2 o 3 minutos sin amasar, y volver a pasar el rodillo. Una vez estirada a un grosor de 1 cm más o menos, volvemos a dejar doblar el volumen, esto serán unas 2-3 horas, aunque yo lo que hago es taparla con film y meterla ya en la bandeja de horno y llevarla a la nevera hasta el día siguiente. Me he acostumbrado a hacer el último fermento en frío y la verdad me resulta mucho más cómodo por el hecho de hornear por la mañana, para tener la masa recién hecha durante ese día, y además creo que coge mucho más sabor al fermentar de manera lenta, pero esto es a gustos.
Una vez doblado el volumen, pintamos con huevo batido y un pincel toda la superficie de nuestra coca. Después, metemos nuestra crema pastelera ya fría en una manga y vamos haciendo el «enrejado» típico de estas cocas.
Por último, decoramos con piñones, azúcar perlado, almendra laminada, fruta confitada, guindas… y horneamos unos 30 minutos a 180º. Dejamos enfriar y ¡lista!
Ya tenemos lista nuestra coca, para conservarla, nada como una tartera hermética o papel de aluminio, con precaución de que no quede ningún agujerito al aire. Sin más os deseo una feliz noche de San Juan a tod@s ¡mil besos!