Si os soy sincera, no soy muy amante de los frutos secos, nunca me han llamado la atención, pero como sé que son muy saludables y beneficiosos para nuestra salud, quería introducirlos en mi alimentación y la de mi familia como alternativa saludable a las cremas industriales de otros frutos secos (como por ejemplo la tan conocida de cacao y avellanas) u otras mantequillas industriales, cargadas de azúcares, grasas, aceites muy poco saludables (de palma, coco…), conservantes, estabilizantes… Y aprovechando unas nueces que me dio mi madre me decidí a elaborarla.
El resultado es exquisito. La textura es suave y untuosa, el olor mientras se prepara recuerda a las fábricas de dulces de antaño y el sabor es indescriptible, merece la pena probarlo. Su elaboración es bien sencilla ya que solo se necesita tostar y triturar un único ingrediente: las nueces, no hace falta añadir aceite, ni azúcar ni nada más. Únicamente yo he añadido una pizca de sal y de canela para potenciar el sabor, pero si no os gusta el sabor de la canela (a mí es que me encanta el aroma que deja en cualquier elaboración) podéis prescindir de ella o sustituirla por una gota de vainilla.
Es ideal untada en galletas, sobre unas rebanadas de pan, en el yogurt o esparcida sobre la fruta (combina muy bien con el plátano, manzana, papaya…). Con ella estamos enriqueciendo nuestra comida, ya que las nueces nos aportan proteínas, fibra, vitaminas B y E, grasas saludables, antioxidantes, esteroles y minerales como el potasio, sodio, hierro, calcio, magnesio y zinc.
En la nevera puede conservarse varias semanas, pero es recomendable preparar poca cantidad para que no dure mucho tiempo, ya que los frutos secos van perdiendo nutrientes y debido a su contenido en grasas tienden a enranciarse. Es preferible elaborarla más a menudo y disfrutarla con sus mejores cualidades. En mi nevera y mis desayunos nunca falta.
En breve publicaré otras cremas o mantequillas con otros frutos secos como la almendra o la avellana. Os animo a probadla. ¡Bien merece la pena!
Ingredientes:
-250 gr. nueces
-1/2 cucharadita canela
-Una pizca de sal
Preparación:
Comenzamos tostando las nueces en el horno. Para ello ponemos sobre la bandeja del horno un papel sulfurizado y encima las nueces peladas. Encendemos el horno a 180º y sin precalentar, introducimos las nueces. Las dejamos como unos 10 minutos o hasta que estén tostaditas pero cuidando que no se quemen. Otra alternativa es tostarlas en la sartén amplia, para ello ponemos todas las nueces que quepan en una capa (sin amontonarlas) y las tostamos a fuego medio bajo removiéndolas de vez en cuando.
Introducimos las nueces en la batidora junto con la pizca de canela y de sal y las picamos a máxima potencia unos minutos. Abrimos la batidora, bajamos la mezcla de las paredes y seguimos triturando a media potencia hasta obtener una pasta cremosa (la trituración prolongada ha hecho que las nueces expulsen su aceite). Debemos parar de vez en cuando para bajar la pasta de las paredes de la batidora y así también evitar que se caliente el motor.
Una vez líquida la crema, esperamos a que se enfríe y la vertemos en un tarrito de cristal y la guardamos en el frigorífico. A tener en cuenta que gana consistencia al enfriarse.
¡Dedícate tiempo, disfruta cuidándote!