Para conseguir que los niños sepan sobre la alimentación de una forma correcta, sana, y lo sigan haciendo a lo largo de su vida, es fundamental comenzar a educarles en ese sentido desde bien pequeños. Cuando son bebés, es mucho más fácil, pero según se van haciendo más mayores y tienen más capacidad de decisión, puede ser una tarea mucho más dura.
Los pediatras y nutricionistas son los expertos que mejor nos pueden ayudar en este terreno de la alimentación, guiándonos en qué alimentos y qué cantidades son los más adecuados para cada edad y etapa de crecimiento. Esto lo debemos completar con una educación alimentaria en casa que podéis iniciar siguiendo los consejos que damos a continuación.
Las comidas
Una de las cuestiones que más resaltan los nutricionistas es la importancia de hacer cinco comidas al día, una alimentación completa. En los niños es fundamental porque así garantizas que tengan la energía necesaria para rendir toda la jornada. La más importante de esas comidas, y que muchos se saltan erróneamente, es el desayuno. En él, el zumo, la leche, los cereales y las galletas, son las opciones más saludables y más atractivas.
Para garantizar, por ejemplo, que desayunen, es una muy buena costumbre hacerlo todos los miembros de la familia juntos. Esto es importante para todas las comidas principales siempre que sea posible. Y también lo es que todos en la mesa degusten lo mismo, en la medida de lo posible. Si el pequeño ve que los hermanos y los padres tienen lo mismo en el plato, es más fácil que coman sin rechistar.
Por otro lado, el mayor problema es hacerles comer verduras y pescado. Hay que educar su paladar poco a poco. A todos no nos gustan todos los alimentos y ellos no tienen que ser menos. Podemos ir dándoles a probar distintos tipos de hortalizas y pescados, descartar las especies que menos les gusten, y sustituirlas por otras que hayamos visto que aprecian más y tienen las vitaminas y nutrientes similares.
Presentes en la cocina
Hacer que los niños se familiaricen con los distintos grupos de alimentos debe ser una parte de esa educación nutricional. Una forma amena de hacerlo es llevando a tu hijo contigo a hacer la compra al mercado e implicarlo en ella, contándole lo que vais a comprar, dónde y qué vas a cocinar con esas verduras, pescados, carnes y frutas que estás adquiriendo.
Un paso unido al anterior es conseguir que los niños sean 'pinches de cocina'. Seguro que la comida les sabe mucho mejor si en las recetas que prueban han estado implicados. Déjale que eche algunos ingredientes (siempre teniendo cuidado con el fuego) o que remueva o mezcle otros tantos. Además, supone para ellos una forma de verse más responsables, puesto que esta labor siempre la asocian al mundo adulto.
Finalmente, hay que cuidar los bollos, dulces y comida rápida que toman. A ellos les encantan y no hace falta prohibírselos. Puedes cocinarlos en casa garantizándote, así, que las grasas que comen son más saludables. Déjale amasar los bizcochos o las masas de pizza, aplastar los filetes de las hamburguesas o poner el jamón y el queso de un sándwich.
Estos son sólo algunos consejos para hacer que los pequeños de la casa aprendan a alimentarse correctamente. Conocer los alimentos y formar parte de la actividad que se desarrolla en la cocina son, en resumen, los claves fundamentales.