Ingredientes para 100 comensales
poolish (150 gr de harina de fuerza-150 ml de leche desnatada-1 o 2 gr de levadura de panadero),400 gr de harina de fuerza,50 gr de salvado de avena,210 ml de leche desnatada,40 gr de mantequilla,1 cucharadita pequeña de sal,1 cucharadita y media de azúcar,7 u 8 gr de levadura de panadero,para decorar 2 cucharadas de copos de avena y 2 de leche- La noche anterior o, al menos 12 horas antes -aproximadamente-, preparamos el prefermento (poolish) mezclando todos los ingredientes, procurando que estén todos bien integrados. Dejamos reposar cubierto con papel film para que no se reseque. Pasado este tiempo, ponemos todos los ingredientes de la masa, incluido el prefermento, en la cubeta de la panificadora y seleccionamos el programa de amasado. Dejamos hacer el primer levado en la máquina. Terminado el programa, volcamos la masa en la superficie de trabajo, ligeramente enharinada y nos pringamos un poco las manos con aceite de oliva para poder trabajarla con comodidad. Desgasificamos. Vamos partiendo la masa en porciones y le damos forma a los bollitos. Yo lo hice con una técnica que me gusta mucho y que ya había utilizado en la receta que os he comentado antes, del pan de molde "básico", por llamarlo de alguna manera: estirar la masa con el rodillo y luego enrollarla sobre si misma. Cuando lo hago de esta manera, la miga del pan queda jugosa, pero más compacta, lo cual es importante en los panes de molde porque si no luego no hay manera de cortarlo sin que se desmigue. En cualquier caso, no es obligatorio, podéis darle forma con las manos. Ponemos los bollitos sobre una bandeja de horno forrada con papel de hornear y los dejamos reposar unas dos horas o hasta que doblen su volumen, bien tapados con un paño de cocina o con papel film. Una vez hayan doblado su volumen, decoramos con los copos de avena y pintamos con la leche que teníamos reservada al efecto, para que los copos se queden bien pegaditos. Introducimos en el horno, previamente precalentado, a 180º entre 20 minutos y media hora, hasta que estén doraditos. Al ser bollitos y no un pan grande, requieren menos tiempo de horneado, así que tendremos que vigilar para que no se quemen. Sacamos del horno y dejamos reposar sobre una rejilla.