Hace unos meses, vi esta receta que realizaba Ivan Plademunt en su vídeo “Receta piruleta de pollo cremoso con mostaza Maille” y aunque soy enemigo del sabor de la mostaza, me llamó la atención esta receta y por fin me he decidido a probarla.
Aunque el resultado, como podéis ver más que piruletas lo mío son bultos de pechuga y cosas, el sabor ha quedado muy agradable, tanto de la carne como de la salsa.
Ingredientes (2 personas):
1 pechuga de pollo hecha un filete
3 patatas pequeñas
6 lonchas de bacón ahumado
4 lonchas de queso para fundir
1 cucharadas soperas de mostaza
Sal
Aceite
(Para la salsa)
1 cucharada de miel
1 cucharada de mostaza
1 taza de café llena de leche
Perejil
Sal
Preparación:
En primer lugar hemos de convertir la pechuga de pollo en un filete, si no somos muy diestros, nuestro carnicero tendrá mejor herramienta y mucha más práctica que nosotros, pero si no lo intentamos, tampoco aprenderemos nunca.
Una vez tenemos preparado nuestro filete de pechuga, extendemos sobre el la cucharada de mostaza.
Sobre la mostaza colocamos los filetes de bacón.
Sobre los filetes de bacón colocamos las lonchas de queso.
Enrollamos con cuidado la pechuga y la ensartamos con pinchos de brocheta, yo he partido dos pinchos por la mitad y he ensartado la pechuga con cuatro pinchos para sacar cuatro rodajas.
Las doramos un poco en una sartén con un poco de aceite.
Después las horneamos unos 20-30 minutos a unos 160º.
Mientras pelamos, lavamos y troceamos las patatas a trozos como para patatas bravas.
Las freímos, en mi caso en la freidora, primero con el aceite a baja temperatura y al final, cuando están tiernas, le damos un dorado subiendo la temperatura casi al máximo.
En una sartén pequeñita prepararemos la salsa a fuego lento.
Colocamos en la sartén la cucharada de miel, la de mostaza y la tacita de leche, dejamos mezclarse sabores y reducimos removiendo de vez en cuando hasta que la salsa tenga el espesor deseado.
Probamos su sabor y añadimos sal a nuestro gusto.
Una vez en la salsera, añadiremos a la salsa perejil picado.
En la mesa que cada comensal se salsee a su gusto.