Dado que el 90% del puerro es agua y que posee propiedades diuréticas y laxantes, resulta ser una hortaliza que todos los guardianes de las dietas y contadores de calorías deberían elevar a los altares de la Santa Iglesia de lo Saludable. Bromas aparte, lo cierto es que el puerro con su exquisito sabor que recuerda un poco a la cebolla, aunque bastante más suave, es un ingrediente imprescindible en guisos, estofados y salsas. Hervidos o al vapor pueden utilizarse en ensaladasacompañados de unos ahumados o con una sencilla vinagreta. Pero es asados, como en nuestra receta de hoy, como resultan sencillamente irresistibles: todo su delicado sabor y su suave aroma regalan nuestro paladar y nuestro olfato. Y acompañados con esta salsa en la que el vino blanco y el eneldo añaden su nota perfumada se convierten en un r plato de primera categoría.
Ingredientes para cuatro personas
10 puerros
1 cebolla mediana
2 dientes de ajo
Un vaso de vino blanco
Unas ramitas de eneldo fresco
Sal
Aceite de oliva
- Precalentamos el horno a 190º
- Asaremos ocho puerros: para ello, retiramos la parte verde y la reservamos para otras preparaciones. Lavamos el resto muy bien y cortamos en dos o tres trozos dependiendo del tamaño. No quite la primera capa, servirá para proteger el resto.
- Envolvemos en papel de horno haciendo tres o cuatro paquetitos, los cerramos bien y los introducimos en el horno después de bajar la temperatura 170º. Dejamos que se hagan durante unos cincuenta minutos.
- Pelamos la cebolla y la troceamos en juliana fina; pelamos y lavamos los otros dos puerros, pero no quite mucho de la parte verde, y los trocemos igualmente junto con los dientes de ajo y lo ponemos todo a pochar, a fuego suave, en una sartén con un poco de aceite y sal al gusto.
- Cuando ya estén, retiramos y escurrimos bien el exceso de aceite y trituramos con la batidora. Añadimos el vino blanco y el eneldo picado y volvemos a triturar.
- Pasamos por el chino o por un colador, y llevamos a fuego muy suave, dejando que reduzca un poco. Comprobamos de sal y reservamos al calor.
- Cuando los puerros ya estén asados abrimos los paquetitos, cuidando de no quemarnos, y retiramos la primera hoja de cada trozo de puerro, que estará seca y deshidratada.
- Servimos acompañados por la salsa y decorados con una ramita de eneldo
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