En el primer artículo del blog, les comenté lo mucho que me gusta el tomate, y les contaba sus propiedades y tipos, así como su uso en la cocina, esto de una forma muy general. Así que hoy he querido compartir una receta muy sencilla y a la que estoy segura le van a sacar mucho provecho, ya que esta salsa base de tomate, se puede usar para muchas otras preparaciones.
Primero que nada, te cuento, que he tenido un inicio de semana terrible. Si no lo sabes, vivo en Venezuela, y mi país está pasando por una de las peores crisis de su historia, así que los que estamos acá no la tenemos fácil y el martes salí decidida a hacerme las colas que fuesen necesarias en la mañana porque ese día es el que me toca comprar, y pues necesito comida.
Que decirte que ha sido doloroso y angustiante el que solo pude regresar a casa con dos kilos de harina de maíz, después de dos horas de cola a las afueras de un supermercado llevando sol; no sin antes haber recorrido otros establecimientos, en los que o no estaban vendiendo nada (que pudiera comprar) o ya habían repartido los números para quienes comprarían ese día.
Ya te puedes imaginar mi tristeza, a tal punto que casi no escribo este post, y es que mi mente no logra enfocarse en nada, porque lo único que puedo pensar es en cómo llevar comida a la casa, si en ningún lugar se consigue y sólo tengo oportunidad de comprar un día a la semana, porque así lo estipularon.
Por lo pronto me invento comidas con lo poco que consigo, pero no sé por cuanto tiempo, y eso me preocupa considerablemente.
Pero bueno vamos a lo que nos corresponde, que la idea no es contagiarte de mi tristeza, más bien quiero contagiarme de tu energía y es por eso que decidí finalmente compartirte esta receta, que particularmente estas semanas me está resultando muy útil para prepararle a mi familia ricos platos sin que se note tanto la escasez.
Lo mejor de preparar en estos momentos esta salsa base de tomate, es que están en temporada, por lo que se consiguen más económicos y mucho más bonitos.
La receta la he hecho con un kilo de tomates, lo que se convierte en 500 gr de salsa. Lo bueno de esta receta es que puedes hacer tanta salsa como quieras, y luego guardarla en recipientes bien herméticos, colocarles fecha y congelarlas. De esta manera puede durar varios meses, aunque yo nunca las he dejado mucho tiempo, porque siempre las estoy usando en alguna otra receta.
Una vez pruebes hacer esta salsa, no querrás usar más nunca una salsa comercial, te lo aseguro.
Existen métodos muy variados para hacer esta salsa, hay quienes escaldan los tomates primero que nada para quitarles la piel, otros hacen esto y les quitan las semillas antes de comenzar, otros rallan el tomate, otros cocinan el tomate tal cual, y luego licuan y cuelan, etc.
He probado varios de estos métodos, pero no me satisfacían del todo, el que te muestro hoy es el que mejor me ha funcionado y que sobre todo me parece más cómodo, fácil y con el que consigues una salsa muy rojita, espesa y muy delicada.
Yo licúo los tomates, primero que nada, con todo, sin quitarles piel ni semillas, y sin agregar ningún líquido, que ya los tomates contienen más de un 90% de agua. Luego cocino por aproximadamente una hora, hasta que tenga la consistencia que me gusta y por último cuelo, pero con mucha paciencia, que si no dejamos toda la pulpa en el colador; hay que hacer este proceso hasta que en el colador sólo nos quede la piel y las semillas.
Cuando no tengo en mente ninguna preparación con esta salsa, que es la mayor parte del tiempo, o si preparo mucha cantidad, solo agrego sal, y azúcar en caso de ser necesario, para corregir acidez.
Si por ejemplo voy a usar la salsa para una pasta o una pizza, aprovecho y le agrego ajo en polvo, pimienta, orégano y albahaca, esto ya queda a decisión y a gusto de cada uno.
Y pues ya no me extiendo más y te dejo la receta, espero que puedas sacarle mucho provecho. La próxima semana, estaré compartiendo una salsa que usa ésta como base. Si la haces, cuéntame qué te ha parecido, si ya la has hecho antes cuéntame cómo la haces, me encantaría leerte.
Salsa base de tomate
Ingredientes:
1 kg de tomate perita maduros
30 gr (2 cucharadas) de aceite de oliva
2 gr (1/2 cucharadita) de azúcar
sal al gusto
Ajo el polvo, orégano, albahaca y pimienta (opcional)
1 cucharada de salsa inglesa (opcional)
Preparación:
Lavamos y quitamos la parte superior de los tomates, cortamos en trozos medianos y licuamos en licuadora o procesador de alimentos sin agregar agua.
En un sartén hondo calentamos el aceite y agregamos el jugo de tomate recién licuado o procesado y cocinamos tapado a fuego medio-bajo durante una hora aproximadamente, hasta que la salsa se reduzca y espese. Removemos ocasionalmente para evitar que se peque del fondo del sartén.
A la mitad del tiempo de cocción agregamos la sal al gusto, un poco menos de lo que acostumbre a usar, ya que, al terminar de reducirse la salsa, se acentuará el sabor, es preferible ajustar de sal al final. Cuando ya esté casi lista la salsa probamos y si se siente acidez agregamos el azúcar hasta que notemos que el sabor es de nuestro agrado.
Cuando la salsa esté lista, pasamos por un colador, de metal preferiblemente, hasta que sólo nos queden restos de piel y semillas. Guardamos en un recipiente hermético y conservamos en nevera por una semana o varios meses en el congelador.
Si lo deseas para acompañar una pasta o para una pizza, luego de colar bien, lleva a fuego bajo por unos 5 minutos más y agrega, ajo en polvo, pimienta, orégano y albahaca y una cucharada de salsa inglesa. Queda una salsa muy rica.