El sésamo es una planta muy valorada en la cocina tanto por su característico sabor suave como por sus propiedades beneficiosas para la salud. Existen semillas de distintos colores: negras, marrones o doradas y blancas. Sin embargo, además de en forma de semillas (tostadas o no), como producto final podemos encontrarlo molido, en aceite, mezclado con otras plantas aromáticas y en general, de muchas formas distintas.
En cuanto a propiedades nutricionales del Sésamo, destaca por su alto contenido en grasas (ácidos grasos insaturados y lecitina principalmente), proteínas, numerosas vitaminas, antioxidantes y minerales.
Como consecuencia de estas propiedades nutricionales podemos atribuirle al sésamo otras terapéuticas como pueden ser: disminución del colesterol en sangre, potenciador de la memoria, protector circulatorio y laxante, reconstituyente muscular y nervioso...
Este ingrediente está especialmente indicado para personas que están sometidas a un gran esfuerzo tanto mental como físico, o para aquellas que sufren de problemas circulatorios u óseos.
Las semillas de sésamo pueden ser consumidas de diferentes maneras, tanto en platos dulces como salados. Generalmente se utilizan como complemento o adorno de otras recetas, es muy común verlas en ensaladas, sobre tostadas en el desayuno, en yogures o decorando postres. Se puede usar igualmente en la preparación de salteados de verdura, así como en recetas de carne o pescado. Los más innovadores puede probar, por ejemplo, a sustituir la harina por sésamo en los rebozados.
Como podéis comprobar sus usos son infinitos, sólo hace falta un poco de imaginación y perder el miedo a experimentar en la cocina.
Fuentes: nodo50.org y directoalpaladar.com