Ingredientes:
Para el bizcocho de calabaza:
250 gramos de puré de calabaza
200 gramos de azúcar
3 huevos
75 gramos de almendra molida
1 sobre de azúcar avainillado
1 cucharadita de mezcla de especias (jengibre, clavo, cardamomo, canela y nuez moscada)
150 gramos de harina
10 gramos de levadura química
100 gramos de aceite vegetal
Para la crema de mascarpone:
200 gramos de mascarpone
60 gramos de azúcar glass
150 gramos de nata para montar (35% materia grasa)
1 cucharadita de pasta de vainilla o semillas de una vaina
Para el caramelo salado:
200 gramos de azúcar
60 mililitros de agua
60 gramos de sirope de máiz
2 cucharadas de mantequilla
1 cucharadita de sal
150 gramos de nata para montar
Para la decoración:
Almendra crocanti
Elaboración:
Para el bizcocho:
Pelamos y cortamos la calabaza. La cocemos con abundante agua. Cuando la pinchemos y esté blanda, la retiramos del fuego, la escurrimos y la trituramos con la batidora. Reservamos en la nevera.
Precalentamos el horno a 180ºC. En un bol, ponemos 250 gramos de puré de calabaza, junto con los azúcares, los huevos y las especias. Mezclamos bien. Añadimos el aceite. Añadimos el resto de ingredientes, la harina, las almendras y la levadura. Engrasamos un molde de 15 centímetros por 10 de alto y vertemos la mezcla. Horneamos unos 40-45 minutos o hasta que al pincharlo salga seco. Dejamos enfriar sobre una rejilla. Reservamos en la nevera.
Para el caramelo salado:
En una olla honda, ponemos el azúcar, el agua y el sirope de maíz. Cocinamos a fuego alto hasta que se forme un caramelo claro. Por otro lado, calentamos la nata y reservamos. Cuando el caramelo tenga ese color, añadimos la nata y cocinamos un par de minutos. Retiramos del fuego y añadimos la mantequilla y la sal. Reservamos.
Para la crema de mascarpone:
En un bol, mezclamos el mascarpone con el azúcar glass tamizado. Añadimos la nata y montamos con ayuda de unas varillas eléctricas. Reservamos en manga pastelera en la nevera.
Para el montaje de la tarta:
Cortamos el bizcocho en 3 capas. En una base de cartón alimentario, colocamos un pegote de crema de mascarpone y encima una de las capas de bizcocho. Untamos una capa fina con el caramelo salado y otra con la crema de mascarpone, poniendo un cordón de crema alrededor de la capa de bizcocho para que el caramelo no se salga. Hacemos lo mismo con la otra capa.
Con la crema de mascarpone sobrante, cubrimos la tarta. Dejamos enfriar una hora en la nevera.
Con un plato o fuente debajo, y sosteniendo la tarta con una mano, con la otra vamos salpicando los laterales de la tarta con almendra crocanti.
En la parte superior, con un poco de crema de mascarpone y la boquilla 1M, dibujamos conchas alrededor. En la parte de dentro, rellenamos con más caramelo salado y almendra crocanti.
Espero que la probéis, os sorprenderá