La tarta fría de queso crema (tipo Philadelphia) es un clásico de los postres; por su sencillez y porque está riquísima. Siempre triunfa allá donde la llevéis y es un alternativa genial para desmarcarnos de las típicas tartas de chocolate que se hacen para los cumpleaños.
Tanto si queréis sorprender a alguien por su cumpleaños, como si tenéis una comida o cena en casa o incluso, simplemente, para tener un postre para diario, esta tarta es perfecta. Barata, rica, fácil y rápida de preparar.
Ingredientes para 4 personas:
500 g de queso crema tipo Philadelphia.
500 ml de nata
250 g de azúcar
10 g de cuajada Royal en polvo
10 galletas tipo Digestive
75 g de mantequilla
1 vasito de leche
Mermelada de fresa o frambuesa
Molde redondo para tartas
Lo primero que debemos tener en cuenta antes de empezar a preparar nuestra tarta es sacar la mantequilla de la nevera un rato antes, para cuando nos pongamos a trabajar con ella esté a temperatura ambiente y sea más fácil manejarla.
Una vez hecho esto, cogemos las galletas tipo Digestive y las ponemos en la picadora. Las picamos hasta que queden como polvo. Una vez tengan esa textura añadimos a la picadora la mantequilla para que se mezcle todo bien.
Cuando saquemos las galletas y la mantequilla de la picadora, debemos amasar la mezcla con las manos hasta conseguir que la masa sea compacta y forme una bola. Cuando hayamos conseguido esa textura, colocamos la bola en el centro del molde para tartas y empezamos a cubrir, hasta que todo el fondo quede cubierto por la mezcla de forma uniforme.
Metemos el molde con la base en la nevera y lo dejamos ahí mientras preparamos el resto de la tarta. Por otra parte, en una olla grande ponemos el medio litro de nata, los 500 g de queso crema tipo Philadelphia y el azúcar. Empezamos a calentarlo todo a fuego medio, para que se mezclen los ingredientes y se funda el queso crema.
Por otro lado, en un vaso, ponemos los 10 g de cuajada Royal y llenamos hasta la mitad con leche (si es entera, mejor). Removemos con una cucharita hasta que no queden grumos de la cuajada y añadimos el vaso a la olla con el resto de ingredientes.
Dejamos que los ingredientes se cocinen hasta que desaparezcan por completo los grumos del queso crema. Esto puede tardar entre 10 y 15 minutos a fuego medio/alto. Es muy importante que estéis muy pendientes de la olla y remováis todo el rato, porque el azúcar tiende a pegarse en el fondo y queda fatal.
Finalmente, cuando todo esté derretido, dejamos enfriar media hora en la misma olla, dándole vueltas de vez en cuando para que enfríe antes. Cuando esté templada la mezcla, sacamos el molde de la tarta y vertemos por encima de forma uniforme.
Tapamos el molde de la tarta con papel de aluminio y lo dejamos en la nevera, por lo menos, entre 6 y 8 horas. Tened en cuenta que cuanto más esté en la nevera, mejor quedará de textura. Por último, desmoldad la tarta y emplatad, con un poco de mermelada por encima de cada trozo de tarta.
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