El resultado del brunch ha de ser una mezcla equilibrada de dulces y salados, donde abundarán los productos frescos y nutritivos, perfectos para recuperarse de los estragos de las largas noches del fin de semana. Los que no sean tan nocturnos, pero se levanten tarde, también están de enhorabuena, porque se ofrece de 11 a 14 horas aproximadamente. La norma es que no hay norma: los platos se adaptan a todo tipo de requerimientos.
Los ingredientes de un Brunch
Toma nota de los siguientes ingredientes que deben formar parte indispensable de tu brunch:1. Pan: varios tipos (de barra, baguette, chapata, de molde), tanto blanco como integral, así como tostadas, colines y biscotes. Se pueden hacer bocadillos y sándwiches, tostadas de aceite de oliva o de mantequilla, mermelada o miel, así como untar patés y quesos.
2. Bebida: fundamentalmente zumos, agua, cafés e infusiones. También se incorporan refrescos, cerveza y vino, dependiendo de la hora.
3. Frutas, frescas y secas: plátanos, albaricoques, manzanas, peras, fresas, melocotones, cerezas, uvas frescas, cualquier variedad dependiendo de la temporada. Una macedonia o unas brochetas pueden convertirse en una presentación excelente para la fruta. Para picar, son perfectos los frutos secos y las frutas desecadas, como orejones, dátiles, pasas o higos secos.
4. Embutido y queso: rollitos de jamón de york o de pavo rellenos de ensaladilla rusa, paté, crema de queso o sucedáneos de caviar; algunos embutidos ahumados, salami, lacón, jamón curado. Es obligada una tabla de quesos con una variedad adecuada (azules, suaves y lácteos, semicurados, curados). También serviremos platos típicos de un desayuno continental como huevos revueltos y salchichas.
5. Lácteos: yogures, batidos, leche, petit suisse, crema de queso, mantequilla.
6. Dulces: cruasanes, brioches, napolitanas, caracolas, palmeras, tortitas, gofres, muffins, galletas, magdalenas... si son de tamaño pequeño mejor, así los invitados podrán probar varios tipos. Tampoco pueden faltar los cereales.
7. Canapés: patés, fiambres, berros, achicoria, membrillo, salmón ahumado, escarola, queso, frutos secos, rúcula, atún, marisco, lechuga, maíz, tomate, anchoas, manzanas, sobrasada... No los hagas tú. Deja todos los ingredientes preparados (lavados y picados si es necesario) en platos con panecillos y biscotes cerca, y que los invitados se preparen el canapé que más les apeteza.
8. Cóctel: el brunch más ortodoxo ha de incluir un cóctel. El más habitual en Estados Unidos es el bloody mary. En muchos restaurantes donde se sirve brunch disponen de una amplia carta de cócteles.
9. Aderezos y condimentos: no faltará la sal, la pimienta, vinagres, aceites y especias. En el capítulo de lo dulce: azúcar, sacarina, siropes, miel, mermelada, mantequilla, margarina.
10. La mesa, bien puesta: con un bonito mantel y todo el servicio (cristalería, vajilla y cubertería).
La ventaja de esta comida es que permite a todos disfrutar de la velada por igual, tanto a los invitados como al anfitrión, y adaptar los alimentos a todas las necesidades: puedes desayunar, almorzar o comer, así como consumir más o menos productos dependiendo del apetito de cada uno. Tanto mayores como pequeños gozan de este almuerzo tan especial y se divierten compartiéndolo.