Más de una vez nos vemos en la perezosa necesidad de apañarnos con lo que tenemos en la nevera para evitar tener que salir a comprar aquello que falta. Esta ensalada es un ejemplo aunque el resultado ha sido magnífico: una rápida, rica y refrescante ensalada para comer a bocados utilizando las propias hojas de la lechuga a modo de cubiertos.
La bueno es que entre otras cosillas, conservaba un precioso lomo de salmón marinado y un fresco cogollo de lechuga así que estaba claro por donde se encaminaba mi destino.
Aliñé el salmón tras trocearlo con aceite de oliva, ralladura de limón, vinagre de Jerez y un poco de sal y pimienta.
Preparé una especie de salsa tártara con mahonesa que sobró de la ensaladilla del día anterior, pepinillos, alcaparras, cebolleta, huevo duro, un poco de vinagre de Jerez y aceite de oliva.
Por último coloqué en la fuente unas hojas de un cogollo de lechuga, puse sobre ellos un tomate troceado en cubitos y sin piel, la tártara, el salmón y un poco más de tomate, de pepinillo picado y de huevo duro, unas aceitunas negras para dar un poco de color y listo, a disfrutar.
Espero que os guste.