La verdad es que la organización del evento fue maravillosa, de gran calidad, y las compañeras con las que lo compartí impresionantes. El evento consistía en la reinvención de los postres tradicionales españoles, aunque al final se coló uno más propio de la gastronomía francesa, el croquet en bouche. La verdad es que el lugar estaba decorado de forma impresionante, con toques rústicos y románticos, y con una cocina que era una gozada para preparar cualquier postre... ¡Quién la pillara!
El equipo fue muy atento y estuvieron en todo momento al tanto de lo que necesitábamos. Para realizar el taller, nos dividieron en grupos o parejas. Yo tuve la gran suerte de que me tocase con Marina, de The Sweetest Taste. Aunque no nos conocíamos físicamente, parecía que nos conocíamos desde hace mucho tiempo. ¡Fue un placer absoluto trabajar con ella y desvirtualizarla!
Nos tocó reinventar el hojaldre con merengue, un clásico. Seguimos las pautas que nos mandaron y conseguimos un resultado fantástico: una torre de hojaldre rellena con una base de cupcake de chocolate, merengue, lemon curd y más merengue quemado, todo acompañado de una salsa de fresa. ¡El resultado fue increíble!
Además de Marina, conocí a otras compañeras fantásticas: Corina de Sweet Temptations, Sandra de Caramelo y canela, Sara y Diego de Collage Vintage, Adriana de Sugar Palace, Silvia de Mi dulce Tentación, Mar de El taller de los dulces, Rosi de Mi mundo Pincake, Davinia de Cupcakelosophy, Dafne de Bcn Cool Hunter, Rebeca de A trendy Life y Patricia de Secretos de chicas... ¡Un placer!
Los postres que nos tocó reinventar fueron: hojaldre con merengue, croque en bouche, tarta de santiago, peras al vino, crema catalana y la tarta de manzana. Aquí podéis ver las reinvenciones que hicimos con los productos de los supermercados Lidl.
¡Espero que cuenten conmigo para el próximo!
Y ahora sí, vuelvo a la receta que os traigo hoy, una maravillosa naked cake. Llevaba tiempo queriendo publicar otra después del éxito que tuvo la versión otoñal que hice al moscatel con higos y uvas. Esta vez, sigo con la misma tonalidad, los marrones, pero con un sabor diferente: avellanas, chocolate y whisky. ¿Irresistible, verdad?
La verdad es que la combinación es fantástica y el toque crujiente que le he puesto encima ha sido todo un acierto. Seguro que os encanta. Si hay pequeños entre los comensales que van a comer la tarta, no os preocupéis, podéis sustituir el almíbar por leche (para que siga estando jugosa) o simplemente no echar almíbar... ¡Está igual de buena!
Y después de toda esta "chapa", os dejo la receta, ¡espero que os guste!
Naked Cake de Chocolate y Avellana
Dificultad: Fácil
Tiempo horneado: 40 mins (aprox)
Raciones: 12
Etiqueta: Postre
Para la base
4 huevos
200 ml de aceite suave
200 ml de leche
400 gr de azúcar
Una pizca de sal
350 gr de harina
14 gr de levadura en polvo
30 gr de cacao puro sin azúcar
Una cucharadita de vainilla en pasta
Para el almíbar
100 gr de agua
100 gr de azúcar
Un chorrito de whisky
Para la buttercream
350 gr de mantequilla a temperatura ambiente
350 gr de azúcar glacé
Doa cucharaditas de avellana en pasta
Barquillos, galletas, avellanas, chips...
- Comenzamos precalentando el horno a 180ºC.
- Engrasamos bien dos moldes de 20 cm de diámetro.
- En dos boles separamos las claras de las yemas.
- Añadimos una pizca de sal a las claras y batimos hasta que se monten a punto de nieve, hasta que al dar la vuelta al bol estas no caen. Reservamos.
- En el bol de las claras añadimos el azúcar, la vainilla, la leche y el aceite. Batimos bien hasta que esté todo bien mezclado.
- Tamizamos la harina con la levadura y el cacao y lo vamos añadiendo a la mezcla poco a poco, revolviendo bien con una espátula, con cuidado.
- Cuando esté todo bien integrado, añadimos las claras montadas. Mezclamos bien, sin fuerza, o bajarán su volumen.
- Dividimos en dos moldes y horneamos durante 40-50 minutos, aproximadamente, hasta que al pinchar con un palillo este salga limpio.
- Dejamos enfriar 5 minutos en el molde y traspasamos a una rejilla.
- Con una lira, nivelamos ambos bizcochos, para que se queden rectos. Reservamos.
- Para preparar el almíbar, en un cazo ponemos el agua con el azúcar a fuego medio-alto y dejamos que hierva. Cuando llegue a este punto, añadimos el whisky. Revolvemos bien.
- Con un pincel vamos "pintando" los dos bizcochos, lados incluidos.
- Para el buttercream, mezclamos bien la mantequilla con el azúcar glacé hasta que la mezcla blanquee. Se tiene que quedar casi blanda.
- Añadimos la avellana en pasta y seguimos batiendo.
- Con una manga pastelera y una boquilla rizada, decoramos los bordes de uno de los bizcochos haciendo conchas. Solo los bordes, el interior lo rellenaremos de buttercream... ¡A lo loco!
- Colocamos encima el otro bizcocho y echamos la buttercream encima, distribuyéndola bien con una espátula.
- Añadimos barquillos triturados, avellanas, galletas, chips de chocolate... ¡Todo lo que encontréis por casa!
- Servimos en frío.
¡A disfrutar!
- Para triturar todo lo que va encima del buttercream, yo lo que he hecho ha sido meterlo en una bolsa de congelar y pasar el rodillo... De esta forma, se rompen de forma irregular, dejando trozos más grandes y otros más pequeños.