Para terminar la semana os dejo una especialidad de la cocina francesa, un flan con aspecto de tarta. Buscando por Internet esta receta he encontrado algunas diferencias entre distintas recetas. Incluso preparada sin base. En cuanto a la base podemos hacerla nosotros o comprar una base de masa quebrada, aunque también la he visto publicada con base de hojaldre. El relleno no es más que una crema pastelera horneada, a la que le podemos añadir un poquito de ron, aunque yo no lo he hecho porque lo tomaban niños. Iba a ponerle nata (crema de leche), pero se me olvidó hacerlo, aunque el resultado ha sido estupendo sin ella, por lo que si queréis prescindir de las calorías que le aporta la nata (crema de leche) podéis hacerlo, ya veis que el resultado es estupendo sin ella.
INGREDIENTES:
1 masa quebrada refrigerada (podéis prepararla casera)
800 ml. de leche entera
4 huevos
100 gr. de Maizena
200 gr. de azúcar
1 vaina de vainilla
200 ml. de nata (crema de leche) (opcional)
1 chorrito de ron (opcional)
PREPARACIÓN:
Yo he usado un molde demontable rizado, aunque si queréis darle más altura se puede preparar en un molde desmontable de unos 20 cm. de diámetro subiendo la masa por las paredes a una altura de unos tres os cuatro centímetros. Lo primero que haremos será engrasar el molde y cubrir con la masa complematamente, eliminado lo sobrante, en caso de molde rizado, Metemos en el frigorífico y refrigeramos durante unos 30 o 40 minutos.
Entonces preparamos el relleno. Para ello calentamos la leche junto con el azúcar y la vaina de vainilla (si ponéis la nata (crema de leche) también se la añadimos en este momento). Llevamos a ebullición y dejamos infusionar la vainilla. Mientras en un bol ponemos los huevos junto con la maicena y removemos bien, hasta que no haya grumos. Ponemos de nuevo la leche al fuego, sacando la vainilla y añadimos la mezcla de yemas y maicena, sin dejar de remover espesamos la mezcla. Una vez espesa tapamos con papel film y dejamos entibiar. Añadimos el ron y removemos en caso de hacerlo y después vertemos en el molde y horneamos a 180º durante unos 45 minutos, si vemos que no se dora la superficie podemos gratinarla durante un par de minutos. Sacamos del horno, enfriamos y metemos en el frigorífico hasta la hora de servirlo, mejor si es de un día para otro.
Podriamos haber horneado la base de la masa quebrada antes de ponerle el relleno, pero yo prefiero hacerlo sin hornear, ya que así aparece totalmente integrada con el relleno y me gusta más, pero si queréis podéis hornear durante unos quince minutos con peso por encima y después sacar y añadirle el relleno y volver a hornear. Ésto os lo dejo a vuestra elección. Ya sabéis que la cocina se adapta a nuestros gustos y que una misma receta puede tener muchas variantes.
Esperando que aprovechéis el fin de semana para hacer este rico postre os dejo.
Lidia.