Seguimos con pereza para encender el horno, ya la cocina tiene la temperatura bien subidita para meterle más grados, así que los postres sin horno mejor. Decidí preparar estos flanecitos cuando los vi en una revista, aunque los originales llevaban frambuesa, pero yo decidí prepararlos con fresas. Son una opción perfecta para terminar una comida veraniega entre amigos, y, como siempre digo, en versión individual mejor, y además ahora con las medidas de seguridad e higiene que tenemos que mantener incluso en las reuniones familiares, los postres individuales son una garantía.
INGREDIENTES:
125 ml. de nata (crema de leche) para montar
75 gr. de azúcar
250 ml. de leche entera
200 gr. de fresas
2 cucharadas de coco rallado
1 cucharadita de esencia de vainilla
1 cucharadita de azúcar glass
6 hojas de gelatina
PREPARACIÓN:
Ponemos a hidratar las hojas de gelatina en agua fría. Mientras tanto calentamos la leche, junto con la nata (crema de leche), el azúcar y la esencia de vainilla hasta que rompa a hervir. Bajamos el fuego y dejamos cocer durante unos cuatro minutos más.
Después agregamos el coco rallado y la gelatina bien escurrida. Removemos hasta que la gelatina se diluya completamente.
Engrasamos unas flaneras (yo con spray desmoldante) y vertemos hasta dos tercios de su capacidad. Lavamos las fresas y añadimos dos o tres fresas picadas dentro de cada flanera. Reservamos el resto de fresas. Tapamos con film transparente las flaneras y cuando se enfríen llevamos a la nevera durante un mínimo de cuatro horas.
Pasado este tiempo trituramos las fresas restantes junto con el azúcar glass. Desmoldamos los flanes y añadimos la salsa de fresas por encima. Decoramos con unas hojitas de menta.
Pues ya veis que la dificultad es mínima, y el resultado vale la pena.
Feliz jueves!!
Fuente: este post proviene de Atrapada en mi cocina, donde puedes consultar el contenido original.
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