Esta receta está incluida dentro de nuestra sección de dulces de Semana Santa, un lugar donde encontrarán gran variedad de fabulosas y santas recetas azucaradas.
El origen de las gachas dulces o poleás yace en la provincia de Córdoba durante la Edad Media, momento en el cual, Al-Andalus, pertenecía al Reino Musulmán; por lo tanto estamos hablando, de que esta, es una receta árabe que ha sido adoptada por la cultura cristiana hasta el punto de ser una receta típica en sus festividades sagradas.
¿Cómo hacer la receta original de poleá o gachas dulces cordobesas?
Para comenzar, deciros que no existen diferencias entre las gachas dulces y la poleá, lo que si que se pueden encontrar recetas de gachas dulces con otros nombres diferentes, así que vamos a elaborar esta sencilla pero a la par deliciosa receta de Semana Santa (ahí pueden ver más), tan fácil como reunir todos los ingredientes, y es que con tan solo darles un vistazo, podemos comprobar que son los típicos ingredientes de la mayoría de los dulces más comunes durante estas fechas.Para hacer gachas dulces necesitarás:
100 ml de aceite de oliva virgen extra.
1 cáscara de limón.
Matalahúva.
500 ml de leche.
1/3 cucharadita de canela molida.
50 gramos de harina.
Sal.
65 gramos de azúcar.
Pan frito y canela en rama.
Y bien, ¿tienen todos los ingredientes? Ahora veamos cual es el paso a paso para elaborar esta tradicional receta de poleá, un postre fantástico para llenar varios estómagos a un precio asequible y con auténtico sabor a las recetas de nuestra infancia.
Para comenzar a cocinar tus gachas dulces deberás:
Pon a calentar el aceite con la cáscara de limón, esto aromatizará el aceite y reducirá su acidez y la intensidad de su sabor.
Tras unos minutos, y antes de que se queme, retira la cáscara de limón y haz lo mismo con las semillas de matalahúva.
Mezcla el 100 ml de leche con la canela y una pizca de sal.
Cuela el aceite para retirar las semillas y rebújalo con la leche aromatizada.
Mezcla el resto del azúcar con la harina y el resto de leche templada.
Pon a calentar, y al igual que cuando se prepara una bechamel o unas natillas caseras, no pares de remover.
Antes de que comience a espesar agrega un chorrito de anís.
Remueve hasta obtener la textura deseada. Recuerda que si vas a tomarlas frías espesará aun más.
Sirve con unos picatostes por encima y decora con una ramita de canela.
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¡Hasta la próxima!
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