Mira que soy golosa, todo el mundo lo sabe. Pero en mi casa, soy la única.
Mis hijos no han salido a mi. Suerte que tienen, pues así no tienen que luchar con la tentación de no comer dulce. Aunque para mí es un problema, ya que todos los dulces y postres que preparo suelen ser catados por mi solita. A no ser que vayamos de comida familiar, entonces no hay problema.
Pero a veces entre semana cae en mis manos alguna receta de las que no puedo esperar a hacer y entonces, mis michelines se alegran de que mis hijos no sean golosos.
Aunque estas galletas han obtenido el visto bueno de mi hijo mayor. No le gusta el chocolate con leche, ni el chocolate negro (es rarito el niño) pero si le gusta el chocolate blanco.
Así que estas galletas no me las he comido yo solita, las hemos podido compartir entre los dos. Un descanso para mis lorzas jejeje
Son unas galletas sencillas. Hay que tener cuidado con el horneado, no más de diez o doce minutos, pues si no, se ponen duras. Las sacamos muy blandas del horno y las dejamos en una rejilla. Así se endurecen un poquito por fuera y quedan tiernas por dentro.
INGREDIENTES:
150 gr de chocolate blanco
60 gr de azúcar moreno
50 gr de azúcar glass
1 huevo
1 cucharadita de vainilla liuida
3 cucharaditas de coco rallado ( unos 15 gr)
150 gr de harina
1 cucharadita de levadura química
PREPARACIÓN.
Primero vamos a pulverizar el chocolate en el vaso de la thermomix, 5 segundos a velocidad 8-10. Lo podemos hacer también con una picadora eléctrica.
Bajamos los restos de las paredes del vaso hacia abajo.
Añadimos las dos clases de azúcar, el huevo, la vainilla y el coco y batimos durante 30 segundos a velocidad 4.
Agregamos ahora la harina y la levadura y mezclamos 30 segundos a velocidad 4. Quizá notéis que a la máquina le cuesta batirlo todo pues es una masa densa. Si es así, la sacamos del vaso y en un recipiente amplio la acabamos de mezclar.
Ponemos papel vegetal en una bandeja de horno. Precalentamos a 170º con calor arriba y abajo.
Sacamos porciones con una cuchara del tamaño de una nuez, aproximadamente. La boleamos con las manos y damos forma redonda.
Ponemos las bolas en la bandeja y aplastamos suavemente. Dejad espacio entre ellas que en el horno se expanden.
Horneamos unos diez minutos, máximo 12, según vuestros hornos, ya sabéis que es un tópico pero cada horno es un mundo.
En cuanto las veáis ligeramente doradas, pero no mucho, las sacamos con una paleta con cuidado porque estarán muy tiernas. Las dejamos en una rejilla que se enfríen. Entonces ya veréis que se han endurecido un poquito por fuera pero por dentro están tiernas.
Picamos el chocolate en la thermomix.
Añadimos las dos clases de azúcar, huevo, coco y vainilla. Batimos.
Incorporamos la harina y la levadura. Terminamos de amasar.
Hacemos bolitas del tamaño de una nuez. Ponedlas separadas que luego se expanden.
A pesar de que se parecen a las perrunillas, en sabor y texturas son completamente distintas.
Para el cafelito de la tarde (yo un chocolate calentito)