Estas galletas que os traigo hoy son super especiales, porque llevan un ingrediente muy diferente, pero que les da un sabor delicado que es una auténtica delicia. Que no se asuste nadie, estas galletas se hacen con un poquito de lavanda. Yo la compro en una tienda de alimentación en la que venden productos a granel, pero la podéis encontrar en cualquier herboristería. Solo aseguraos de que es apta para alimentación, no me compréis la que viene para aromatizar los armarios...
Las recetas de galletas, como siempre, son muy sencillas. Así que simplemente necesitáis además de los ingredientes, un poquito de paciencia, un poquito de tiempo, y un muchito de cariño. Los buenos resultados, asegurados.
Galletas de lavanda
Ingredientes para unas 30 galletas pequeñas
115 g de mantequilla a temperatura ambiente.
50 g de azúcar moreno.
1 cucharadita de lavanda seca.
175 g de harina de repostería.
1/2 cucharadita de levadura química {tipo Royal}.
un pellizco de sal.
Preparación:
1. Trituramos el azúcar con la lavanda. Este paso es opcional, pero ayuda a que las galletas tengan un sabor más uniforme.
2. Batimos la mantequilla hasta que esté suave. Entonces, añadimos el azúcar con la lavanda y seguimos batiendo hasta que quede esponjoso.
3. Añadimos la harina, la levadura y la sal. Trabajamos la masa con ayuda de una espátula hasta que tengamos una masa lisa y uniforme. Envolvemos en plástico film y reservamos una media hora en la nevera. Si está fría es más fácil de estirar.
4. Precalentamos el horno a 180ºC mientras formamos las galletas. Cubrimos una bandeja de hornear con papel de horno.
5. Estiramos la masa hasta que tenga unos 5 mm de espesor. Cortamos las galletas con el cortapastas de nuestra elección y vamos colocándolas sobre el papel de horno. No se estiran demasiado, así que es suficiente con que dejemos un pequeño espacio entre ellas.
6. Horneamos unos 10 minutos a 180ºC. Con esto hay que tener cuidado y vigilarlas, ya que los tiempos pueden variar bastante de un horno a otro. Las retiraremos del horno cuando empiecen a dorarse en la base, aunque estén un poco blanditas, ya que endurecen al enfriar.
7. Cuando estén completamente frías, las guardamos en un recipiente hermético.