Estaba a punto de hacerle unas galletas clásicas mías -en tono crudito y con brillo- cuando se me ocurrió que con lo diferente que es mi ahijada, debía hacerle algo muy especial. ¡Es que tiene muchísima personalidad!
Así que me lancé a hacer unas galletas simples pero modernas. Quizá no son las galletas más de comunión que he hecho, pero me gustaba la idea de hacerle algo un poco rompedor, como poner color y una ramita de olivo en honor a su nombre.
Como siempre hice una muñequita de ella misma -cuando hago galletas para niños me encanta que se reconozcan en su yo galletero- pero para el resto de invitados busqué unos colores bonitos y la simplicidad de la rama de olivo.
El olivo ha estado cargado de significado desde las culturas más antiguas, y para los católicos es símbolo de la bendición de Dios, la alianza, la prosperidad, el amor, la perseverancia, la victoria y la paz.
Por eso hice con tanto cariño estas galletas para mi querida Olivia, porque simbolizan todas las cosas buenas que le deseo en un día tan importante.